Ranking CYD: el sistema universitario madrileño no es capaz de competir con el catalán, vasco o navarro
La comunidad, que apenas invierte en sus campus públicos y aloja a casi un tercio del total de privados, se sitúa por detrás de esas autonomías en cualquier parámetro de la clasificación
Madrid cuenta con el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita más alto de España (34.821 euros por habitante), un buen tejido industrial, se beneficia de la capitalidad ―la mayoría de los centros nacionales de investigación se emplazan allí― y de unas buenas comunicaciones para atraer talento; y, sin embargo, su sistema universitario no saca partido de ello. Según el décimo ranking de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, presentado este martes, el sistema madrileño no se posiciona entre los tres con mayor rendimiento del país en ning...
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Madrid cuenta con el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita más alto de España (34.821 euros por habitante), un buen tejido industrial, se beneficia de la capitalidad ―la mayoría de los centros nacionales de investigación se emplazan allí― y de unas buenas comunicaciones para atraer talento; y, sin embargo, su sistema universitario no saca partido de ello. Según el décimo ranking de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, presentado este martes, el sistema madrileño no se posiciona entre los tres con mayor rendimiento del país en ninguno de los cuatro grandes parámetros (divididos en 36 indicadores oficiales), que se han analizado teniendo en cuenta su tamaño: enseñanza, investigación, orientación internacional y contribución al desarrollo regional. Madrid y Cataluña, aunque las han bajado, siguen siendo las regiones con tasas de matrícula más altas de España en la red pública; cobran a sus alumnos el doble que en Galicia.
Madrid solo logra una puntuación meritoria en 15 de los 36 indicadores (en 14 se queda en el suficiente y en 7 suspende), frente a los 28 sobresalientes de Cataluña y Navarra y los 23 del País Vasco, según los datos de los campus y del Estado analizados por la Fundación CYD, conformada por grandes empresas, entre ellas la Cámara de Comercio, Telefónica o PRISA, editora de EL PAÍS. Estas tres regiones tienen, tras la capital, el mayor PIB de España.
Madrid tiene los mismos puntos que Castilla y León y Aragón, y por detrás de Comunidad Valenciana (17). Como farolillos rojos se sitúan Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia, con buenos indicadores solo en seis de los 36, que tienen tres de los peores PIB de España y, por tanto, sus gobiernos deben hacer un mayor esfuerzo para no quedar atrás.
“Lo que vemos en esta edición y en ediciones pasadas es que vienen destacando Cataluña, Navarra y País Vasco. El sistema universitario de Madrid es el cuarto o quinto, empatado con Aragón esta vez”, explica Ángela Mediavilla, directora del ranking CYD. “Nosotros construimos los indicadores, no entramos en un análisis de valoración, pero vemos que es una tendencia que se mantiene bastante constante”. Mediavilla baja al detalle: “Si vas mirando universidad por universidad, sus indicadores en investigación y orientación internacional, ves que es necesario que haya un equilibrio entre todas [las de la autonomía] para que el sistema destaque”.
La Comunidad de Madrid es la región con más estudiantes de España (el 18% del total en grado y el 20,8% en máster) y alberga al 20% de las universidades, pero le lastra un problema de presupuesto de sus seis universidades públicas, y sus 13 universidades privadas están lejos de ser un motor tractor. Al revés, las privadas tienen subrayado en rojo sus resultados en investigación y transferencia de conocimiento ―apenas invierten, pero un decreto del Ministerio de Universidades les va a forzar a hacerlo si no quieren cerrar― a tenor de los datos de la Fundación CyD. Eso ocurre en otras regiones con las privadas, pero ninguna dispone de tantas (tres de cada 10 de estas instituciones están en Madrid) y suponen una rémora para sus números totales y su imagen de marca. La capital aspira a convertirse en un “hub universitario en español” que compita con Miami. En la actualidad tiene por delante en orientación internacional a Navarra, Cataluña y País Vasco; su objetivo es mejorar en movilidad de estudiantes y tesis de extranjeros.
“Madrid destaca por ser la segunda región con más ingresos por alumno en el capítulo de tasas [tras Cataluña, ahora empatados], precios públicos y otros; y la de menos transferencias corrientes y de capital recibidas [por las universidades], si estas se dividen por el total de estudiantes”, remarca CyD en su análisis Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica 2021. Otros dos informes encargados por el Gobierno regional cuando Ciudadanos dirigía la Consejería de Ciencia y Universidades ―uno de la Fundación Europea Sociedad y Educación y otro de la Cátedra Unesco de la Politécnica de Madrid, obviados cuando se han terminado― apuntan en la misma dirección.
Aunque, si se detalla una a una la calidad de sus campus, hay dos públicos muy punteros en Madrid: la Autónoma y la Carlos III están en el grupo de mayor rendimiento en 25 y 24, respectivamente, de los 36 indicadores, que lideran las universidades de Barcelona (29) y Navarra (28). La Complutense (ocho) y Politécnica de Madrid (17) son muy fuertes en ciertos campos, pero sus números globales muy discretos, y malos los de la Rey Juan Carlos (cinco) y Alcalá (12). Por el contrario, las cuatro universidades públicas de Barcelona están por encima del 18.
Solo una privada madrileña saca un buen puesto ―Pontificia de Comillas, 23― y el resto se posicionan entre los 16 buenos indicadores de la Francisco de Vitoria y los tres de la Universidad a Distancia de Madrid. Entre las privadas de toda España, se colocan también muy arriba Deusto (Bilbao, 22) y Ramón Llull (Barcelona, 20).
La pujanza tradicional de Cataluña
Cataluña en su conjunto solo suspende en tres de los 36 indicadores y dos de ellos tienen que ver con la poca proporción de alumnos de grado y máster de otras comunidades autónomas, y ello está condicionado por su docencia en muchas ocasiones en catalán. Suspende también en tramo de investigación ―el premio en salario a la producción científica, tienen un porcentaje enorme de profesorado en situación precaria― y en fondos de investigación regionales. La falta de financiación autonómica ―los grupos de investigación se presentan a muchos programas nacionales y de la Unión Europea― es un problema en seis de las 17 autonomías. Aprueban por la mínima los gobiernos de Andalucía, Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Navarra, y de sobra en Canarias, País Vasco, Extremadura, Galicia y La Rioja.
Navarra, País Vasco y Castilla y León son, por este orden, las autonomías que alojan a las universidades con mejor docencia, según los datos analizados por la Fundación CYD. Navarra es también la primera en investigación ―en proporción a su escala― y orientación internacional, pero como el País Vasco suspende en patentes concedidas por profesor, aunque no cuando las patentes son en colaboración con empresas. En la comunidad foral se encuentra la Universidad de Navarra, muy fuerte en ciencias de la salud, la única privada española que aparece en el ranking Shanghái de investigación; y la Universidad Pública de Navarra, más reciente y bien financiada.
En transferencia de conocimiento ―licencias, patentes y colaboraciones con empresas― se sitúan en cabeza, por este orden, Cataluña, Galicia, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana. En el caso del apartado de investigación (publicaciones, fondos externos o posdoctorados) se cae Galicia y se cuela Cantabria.
Cuando se analiza es la contribución de la universidad al desarrollo autonómico, se coloca primera Canarias, cuyo Gobierno ―como demuestra el indicador de fondos de investigación regionales― apoya a sus universidades para proyectos de investigación (aunque los rectores se quejan del monto total de sus presupuestos). Le siguen País Vasco ―su Ejecutivo se preocupa también de las privadas―, Cataluña y Aragón, que aprueba por la mínima en financiación.
Salvo en investigación, el sistema del País Vasco ―conformado por las privadas Deusto y Mondragón y la pública homónima― aparece entre los mejores en tres de los cuatro grandes parámetros. A su favor, juega un sólido engranaje entre el mundo de la empresa y la educación desde FP, que tiene su espejo en los doctorados y grados industriales, que quieren exportarse al resto de España. En estos doctorados, Cataluña, que acoge a seis de las 11 universidades con buenos indicadores por encima de 20, es un referente, pero su talón de Aquiles es la financiación regional de sus proyectos científicos, un indicador que aparece en rojo, como ocurre en Asturias, Cantabria, Madrid y Murcia.
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