La UE puede resistir al trumpazo

Los desafíos estadounidenses podrían actuar como revulsivo para que Europa apostara por unir sus fuerzas en ámbitos como innovación, investigación básica y asegurar su modelo social

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el foro de Davos el pasado 23 de enero.MICHAEL BUHOLZER (EFE)

Las decisiones de Trump no cesan de sacudir al mundo. El primer golpe se lo llevaron sus propios compatriotas con la suspensión de las subvenciones a los programas de diversidad, igualdad e inclusión (2,8 billones de euros). Ha seguido con ...

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Las decisiones de Trump no cesan de sacudir al mundo. El primer golpe se lo llevaron sus propios compatriotas con la suspensión de las subvenciones a los programas de diversidad, igualdad e inclusión (2,8 billones de euros). Ha seguido con la expulsión de emigrantes con métodos denigrantes. Paralelamente, Estados Unidos ha abandonado pactos internacionales vitales: Acuerdo de París sobre el clima, (después del año de mayor calentamiento de la tierra); el pacto fiscal de la OCDE, que exige impuestos mínimos del 15% a las multinacionales para limitar el saqueo a los países donde operan, y el abandono de la Organización Mundial de la Salud.

El último episodio ha sido el castigo a las importaciones de México y Canadá con subida de aranceles del 25% y del 10% a China. Estas sanciones comerciales significarán pobreza para los que exportan y más inflación para los Estados Unidos. Pero al mismo tiempo se refuerzan los lazos comerciales al margen de Estados Unidos entre los países damnificados.

Con Europa la situación es distinta. Europa y Estados Unidos mantienen la relación comercial más integrada del mundo, que representa el 30% del comercio de bienes y servicios mundial (1,5 billones de euros). El cumplimiento de las amenazas de Trump puede ser muy dañina para la propia economía estadounidense.

Los desafíos estadounidenses podrían actuar como revulsivo para que Europa apostara decididamente por unir sus fuerzas en ámbitos como innovación, investigación básica y asegurar su modelo social. El diagnóstico de Mario Draghi en El futuro de la competitividad europea es útil, pero insuficiente para el excomisario europeo, László Andor. En Deconstruyendo a Draghi: Europa búsqueda de inversión y crecimiento, el economista húngaro, subraya la contradicción, admitida por el propio Draghi en La Hulpe, sobre la baja competitividad de la Unión, cuando registra un superávit comercial de mercancías y servicios con Estados Unidos (más de 52.000 millones de euros en 2023). Para Andor el problema de la Unión es sobre todo de falta de crecimiento y de cohesión social. “Más de un tercio de europeos vive en regiones que han quedado atrás”.

El excomisario de Empleo considera valioso el trabajo de Draghi por su llamamiento a una inversión de 800.000 millones de euros anuales en proyectos digitales y de sostenibilidad. Pero considera necesario incorporar las propuestas de otros trabajos como los elaborados por el ex primer ministro italiano Enrico Letta, Mucho más que un mercado, y el profesor de la London School of Economics, Andrés Rodríguez-Pose, Forjando un futuro sostenible juntos. Cohesión para una Europa competitiva e inclusiva. Ambos consideran fundamental la cohesión para la construcción europea.

Andor señala la importancia del lenguaje. Apunta el cambio de valores de la primera a la segunda Comisión Von der Leyen, que ha pasado de la tríada “inteligentes, sostenibles e inclusivos” a “inteligente, sostenible y resiliente”. El giro a la derecha de Europa es un serio obstáculo para avanzar y establecer lazos con otros países fuera del dólar que también buscan el progreso y ganan peso en el mundo.

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