Cuatro meses después de haber marcado su mínimo histórico en -0,505%, el euríbor continúa en su muy pausada senda alcista. Tras las subidas registradas en febrero (-0,501%), marzo (-0,487%) y abril (-0,484%), el índice al que se referencia la práctica totalidad de las hipotecas variables en España termina mayo con un nuevo pequeño ascenso y cierra su media en -0,480%, a falta de los datos del viernes y lunes. El efecto que produce un euríbor todavía en niveles ínfimos es triple: hace que las nuevas hipotecas variables sigan siendo especialmente económicas, abarata las antiguas cuya revisión anual toque ahora y arrastra a la baja también los préstamos con tipos de interés fijo. Y para los próximos meses los expertos no prevén ningún cambio sustancial.
De momento, los que ya tengan una hipoteca variable y deben recalcular ahora la cuota tomando en cuenta el euríbor de mayo se ahorrarán un buen pellizco durante los próximos 12 meses. Ya que en mayo de 2020 el índice se situaba en -0,081%, es decir, cuatro décimas de punto por encima del nivel actual, para una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con tipo de interés variable compuesto por el euríbor más un diferencial del 0,99% se pagarán ahora 450,94 euros al mes, en lugar de los 476,09 euros al mes que se desembolsaban con anterioridad. Lo que equivale a 301,80 euros menos en un año, según cálculos del comparador bancario iAhorro.
El abaratamiento de las hipotecas variables antiguas vinculadas con este índice seguirá por lo menos hasta finales de año porque “sería complicado que el euríbor subiera por encima de -0,40%” en este lapso de tiempo, vaticina Miguel Momobela, analista del bróker financiero XTB, para quien “hasta que no haya movimientos por parte de los bancos centrales, no vamos a salir de este entorno en el que el índice lleva instalado desde hace medio año”. Para que esto se produzca, debería cambiar la coyuntura económica, pero, “pese a que estemos presenciando una recuperación en varios sectores, difícilmente veremos este año el indicador en niveles superiores al -0,30%”, apunta, en la misma línea, el director de Hipotecas de iAhorro, Simone Colombelli.
Desde agosto del año pasado el euríbor cayó seis veces consecutivas de un mínimo histórico a otro y en noviembre estuvo a un nivel similar al que se encuentra ahora. Por ello, si se mantuviera en el entorno actual por un tiempo suficiente, es probable que en los próximos cinco o seis meses sigan los descuentos en la cuota mensual de las hipotecas variables. A partir de este momento se podrían observar ascensos en las cuotas respecto al año anterior, aunque serían mínimos. “Por ahora los hipotecados pueden estar tranquilos”, zanja Colombelli.
También los que se planteen contratar una hipoteca variable más adelante podrán seguir beneficiándose de unos tipos de interés bajos, ya que el consenso del mercado prevé que el euríbor no abandonará el terreno negativo en el que está instalado desde 2016 hasta dentro de varios años. La política monetaria expansiva del Banco Central Europeo va para largo, lo que se traduce, entre otras consecuencias, en una fuerte contención de los tipos de interés.
Endurecimiento de los requisitos
Lo que sí ha cambiado son los requisitos que exigen las entidades para conceder el préstamo. La morosidad de los créditos otorgados por bancos, cajas y cooperativas a particulares y empresas descendió ligeramente al 4,51% en marzo, frente al 4,55% de febrero y el 4,8% de hace un año. Esta tasa es la misma registrada en diciembre, según el Banco de España, y sigue provocando cierto endurecimiento en las condiciones para acceder a la financiación.
“La banca no ha cerrado el grifo del mismo modo que en la anterior crisis financiera de 2008, pero productos como hipotecas que puedan cubrir el 100% del valor de la vivienda se han vuelto más difíciles de conseguir”, explica Colombelli. “Hasta que no haya una recuperación total de la economía y del sector hipotecario, estas dificultades afectarán en mayor medida al hogar medio, mientras que las bonificaciones para los mejores perfiles se mantendrán intactas”, añade.
Sea como fuere, las últimas cifras del mercado hipotecario corroboran una clara tendencia hacia la mejora. Las 36.886 hipotecas que se firmaron en marzo constituyen el cuarto mejor dato mensual en la última década, lo que equivale a un ascenso del 35% con respecto al mismo período del año pasado, según el INE.
En medio de este vendaval, las hipotecas a tipo de interés fijo —en las que el euríbor no influye directamente— se han visto propulsadas de forma notable, a tal punto que se confirmaron como la opción escogida por la mayoría (56,2%), frente a las variables. La razón de este empujón de las hipotecas cuya cuota no varía durante toda la vida del préstamo, por un lado, es que “la banca ha desarrollado un producto más competitivo porque le interesa para asegurarse poder ganar algo de dinero en el largo plazo”, afirma Colombelli, ya que de esta forma se garantiza que el cliente pagará siempre lo mismo y el margen de beneficio no cambiará. Por el otro, agrega que, “en estos momentos, la diferencia entre el tipo variable y fijo es mínima”, por lo que, en su opinión, “es más beneficioso para todos optar por una cuota estable”, con el objetivo de prevenir posibles subidas del euríbor en un futuro que, en todo caso, no se atisba todavía.