Para el trabajador medio que necesite financiar íntegramente la compra de su vivienda todo gira alrededor de una cifra: 20. Por un lado, sabe que el banco no le podrá prestar más del 80% del valor del inmueble, por lo que la quinta parte restante de este importe deberá aportarla él. Por el otro lado, por lo general, los expertos en finanzas personales le aconsejan dedicar cada mes el 20% de sus ingresos a los ahorros. De esta forma, si siguiera esta sugerencia, tardaría siete años en juntar el dinero necesario para pedir una hipoteca y adquirir la vivienda.
Este es el resultado de aplicar al salario medio español —19.692 euros, según un estudio de Adecco publicado este mes— la llamada regla del 50/20/30, es decir, una distribución de los ingresos que sugieren muchos expertos de finanzas personales y que consiste en dedicar el 50% en gastos básicos, el 20% en ahorro y el 30% en gastos personales. Lo que se traduce en que, de los 1.641 euros al mes que esta retribución supone, el usuario podrá destinar al ahorro para la entrada de su futura vivienda alrededor de 328 euros (o, lo que es lo mismo, 3.938 euros al año).
Puesto que la superficie media de vivienda transmitida en el último trimestre del año pasado fue de 102,13 metros cuadrados, según el Colegio de Registradores de España, y que, en el mismo período, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda alcanzó los 1.353 euros, según la tasadora Tinsa, una vivienda media valía unos 138.181 euros. De esta forma, esa persona necesitará siete años hasta conseguir los 27.636 euros que corresponden al 20% del valor total de un inmueble de ese precio.
Estos cálculos, sin embargo, podrían quedarse cortos, en opinión del director de Hipotecas del comparador bancario iAhorro, Simone Colombelli. “La compra de una casa conlleva gastos que se suelen infravalorar”, señala, “por lo que es aconsejable guardar otro 10% adicional de su precio para los costes de formalización del proceso”. En el mismo sentido, la portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Ileana Izverniceanu, recomienda disponer de un colchón que cubra al menos un 25% de la cuota de la hipoteca.
Ser constantes
Si el esfuerzo de ahorro mencionado anteriormente representa una media para todo el territorio español, las cosas cambian cuando se ahonda en situaciones más específicas. En las grandes ciudades, por ejemplo, “el precio de los inmuebles así como el coste de la vida en general son más elevados”, apunta Colombelli. Es el caso, entre otros, de Madrid, donde el precio medio de la vivienda en el último trimestre de 2020 se situó en 2.830 euros por metro cuadrado, es decir, un 6,3% menos que en el mismo período del año anterior, pero muy por encima de la media española, que se encontraba en 1.353 euros por metro cuadrado, según la tasadora Tinsa.
Al tomar en cuenta el precio medio de la vivienda en la Comunidad de Madrid, que ronda los 221.458 euros, y el sueldo medio en esa región (23.568 euros, el más alto, siempre según Adecco), se necesitarían casi nueve años y medio para conseguir el 20% del valor de este inmueble. Del mismo modo, una persona que quiera adquirir una vivienda en el País Vasco, la segunda comunidad autónoma con el sueldo medio más elevado (23.448 euros) y en la que el precio medio de la vivienda es 179.812 euros, tardará más de siete años y medio. Le sigue Navarra, con un sueldo medio de 22.044 euros, un valor medio de la vivienda de 117.346 euros, y donde el usuario deberá esperar algo más de cinco años.
En cualquier caso, Izverniceanu considera que “cuanto mayor sea el porcentaje de ahorro destinado a la vivienda, mejor, sobre todo cuando contratemos préstamos con un tipo de interés variable, en los que habrá que contar con un margen de seguridad ante posibles subidas de los tipos de interés”. No se pasará por alto tampoco que, cuando se trata de una meta tan ambiciosa como ahorrar para adquirir una vivienda, hacerlo de manera esporádica no sirve, por lo que ser constantes será imprescindible para poder conseguir el objetivo. “Ahorrar ese dinero es también una buena forma de saber si seremos capaces de asumir el gasto que representa la hipoteca en el futuro”, en palabras de Colombelli.
“Hacer un cálculo de los gastos mensuales en los que también se tengan en cuenta aquellos que no se pagan de forma periódica ayudará a alcanzar este ahorro”, añade Izverniceanu. “Es muy importante analizar todos estos factores antes de tomar la decisión de solicitar un préstamo hipotecario con el que se adquiere una obligación de pago a muy largo plazo, un período en el que las circunstancias personales pueden variar radicalmente”, concluye.