“¿Cuáles de las siguientes opciones no se corresponden con un tipo de extinción de la hipoteca? Total y parcial; voluntaria y forzosa; amistosa y enemistada; absoluta y relativa”. O, también: “El deudor hipotecario, si así lo solicitara en el momento de pedir la dación en pago, podrá permanecer en la vivienda en concepto de arrendatario: por tiempo indefinido; no existe esta posibilidad; por un plazo de un mes; por un plazo de dos años”. Estas son solo dos de las 229 preguntas de un cuestionario con el que se prepara al examen final el personal de bancos y empresas de intermediación que comercializa hipotecas para obtener la certificación que le impone la Ley de Crédito inmobiliario, que entró en vigor el pasado mes de junio.
Dada “la asimétrica posición que ocupan en la relación contractual el prestamista y el prestatario”, subraya el legislador en el preámbulo de la normativa, “se exige a la parte que domina la relación que, como profesional, tenga un plus de responsabilidad en su comportamiento hacia el prestatario”. De esta manera, la Ley de Crédito inmobiliario no solo establece una regulación detallada de la fase precontractual, para garantizar que el usuario entienda la carga económica y jurídica del préstamo que va a contratar, sino que exige también que el personal que evalúa la solvencia del cliente y comercializa préstamos inmobiliarios cumpla con determinados requisitos de capacitación.
Todo sobre crédito hipotecario
Estos se obtienen a través de una formación que, según dicta una Orden del Ministerio de Economía, es de 50 horas para el personal encargado de informar o comercializar hipotecas, los directivos y las personas que decidan sobre la concesión de préstamos inmobiliarios o que elaboren los sistemas de valoración del riesgo crediticio, y 65 horas para el personal que facilite asesoramiento sobre hipotecas. Hacer una estimación del número total de personas que necesitan este certificado es difícil, ya que es una información que maneja la organización de cada entidad, según las autoridades financieras.
De todas formas, esta toca todos los aspectos del crédito hipotecario: fiscalidad, gastos en los productos vinculados (como los seguros), efectos de los cambios de los tipos de interés en la cuota (en el caso de la hipoteca variable) o de las variaciones del tipo de cambio en las hipotecas multidivisa, protección del prestatario, proceso de adquisición del inmueble, estimación de gastos totales, tasación y notaría, evolución del mercado inmobiliario, deontología, evaluación de la solvencia del usuario, finanzas y economía, identificación del mercado objetivo y diseño de préstamos.
“Seguí una formación de 50 horas on line, organizada por la empresa Sipadan y cuyos contenidos han sido elaborados en colaboración con la consultora Deloitte”, relata Francisco Santos. Este experto hipotecario del comparador bancario iAhorro, de 30 años, añade que, a lo largo del curso, era necesario superar unas pruebas intermedias, sin las cuales no se podía acceder al examen final. “Tenía asignado un tutor, pero no hizo falta, porque la estructura de la formación era bastante intuitiva”, resume. Las 828 páginas de las que se compone el curso, al que ha tenido acceso EL PAÍS, están divididas en siete módulos. Si el primero es una introducción al tema, los siguientes se centran en las claves para entender el mercado hipotecario, en la comercialización de este producto, el análisis de los riesgos, la contratación, el seguimiento (subrogaciones, novaciones y amortización, entre otros elementos), y la extinción de la hipoteca.
Cien preguntas en tres horas
Como sus compañeros de trabajo, tras haber completado con éxito el itinerario formativo, Santos superó el examen final en diciembre. La prueba se realizó en las oficinas del comparador, adonde se desplazaron los examinadores de Cecabank, una de las 10 entidades o empresas certificadoras autorizadas por el Banco de España. Consistió en 100 preguntas a las que los candidatos tenían que contestar en tres horas. Los errores no restaban puntos, pero era necesario al menos el 70% de respuestas correctas para superar el examen. “Fue complicado, sobre todo en la parte jurídica y de notaría, pero no deja de ser factible, siempre y cuando se dedique a la formación el tiempo necesario”, opina Santos.
La Orden dispone que, hasta el próximo 16 de junio, el personal que comercializa hipotecas o ejerce de intermediario entre las entidades y los usuarios esté eximido de la obtención del certificado solo si presta servicio bajo la supervisión de aquellos que sí cumplen con los requisitos. Una vez obtenido el certificado, la normativa establece también una formación continuada de al menos 15 horas al año para los que asesoran en hipotecas y de 10 horas para el resto de personal que trabaja con este producto.