Hernández de Cos pide a los partidos un pacto de varias legislaturas para afrontar un ajuste fiscal a medio plazo
El gobernador del Banco de España empeora sus previsiones de crecimiento y reclama un esfuerzo gradual a partir de 2022 para evitar otra crisis de deuda
Esta vez no será como en 2008. Las dos principales instituciones independientes han avisado de lo que hay que hacer para evitar una crisis de deuda que dinamite cualquier recuperación. Primero disparó la Autoridad Fiscal: el organismo que tutela las cuentas públicas dijo que hará falta una década de ajustes. Y este lunes ha sido el ...
Esta vez no será como en 2008. Las dos principales instituciones independientes han avisado de lo que hay que hacer para evitar una crisis de deuda que dinamite cualquier recuperación. Primero disparó la Autoridad Fiscal: el organismo que tutela las cuentas públicas dijo que hará falta una década de ajustes. Y este lunes ha sido el Banco de España: el mayor servicio de estudios del país ha pedido un plan de ajuste de las cuentas públicas pactado por los partidos, gradual y a medio plazo, una vez haya pasado lo peor de la pandemia. Esto es, una combinación de subidas de impuestos, recortes, ahorros y contención en el gasto.
En su comparecencia en el Congreso, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha empeorado además sus previsiones económicas. Descarta que la economía vaya a caer solo un 6%, el escenario menos pesimista que barajaba hace un mes. Ahora prevé que la perturbación pueda ser más larga y se sitúe entre el segundo escenario, que daba un 9,5% de caída, y el tercero, que cifraba el desplome en un 12,4%. En todo caso, al cierre de 2021 no se habrán recuperado los niveles de actividad. Y ve el riesgo de escenarios incluso “más desfavorables" y con daños más persistentes en el tiempo ante la elevada incertidumbre creada por el virus.
El gobernador ha advertido a los diputados de que hace falta una estrategia a varios años para corregir el agujero presupuestario y evitar que la deuda acabe suponiendo "una carga excesiva para las generaciones actuales o las futuras”. Ahora habrá que gastar con contundencia para alejar un hundimiento mayor y paliar las pérdidas de rentas. “La política fiscal es la primera línea de defensa para evitar una pérdida de tejido productivo. [...] No hay otra alternativa sensata”, ha señalado. Y ha precisado que esta respuesta debe ser temporal y bien diseñada.
Sin embargo, el coste de mantener el estímulo será muy elevado. La deuda pública se disparará hasta el entorno del 120% del PIB y habrá un agujero en las cuentas por cerrar. Ese es el elefante en la habitación que nadie quiere ver. No bastará con una solución europea, que hasta el momento ha sido “insuficiente” y que “ha de avanzar”, ha subrayado Hernández de Cos. Y ha añadido que "hace falta un esquema de compartición de riesgos para financiar a todos los Estados en condiciones comparables más allá del BCE”. Esto podría hacerse por ahora con un fondo de reconstrucción que financie los gastos generados por la covid-19. Pero en cualquier caso ha asegurado que es necesario plantear cuanto antes un plan de ajuste a medio plazo. “El reto es de una magnitud muy significativa”, "es inevitable” y “vamos a tener que remar en contra”, ha declarado Hernández de Cos.
Según ha explicado el gobernador, el déficit estructural ya era del 3% del PIB al cierre de 2019, a lo que se tendrán que añadir varias décimas de PIB por el mayor gasto en sanidad, otras dos o tres por el coste en intereses de acumular más deuda, algunas más por la renta mínima y un punto entero de PIB a lo largo de esta década por las pensiones, tras haber suprimido la reforma del sistema aprobada por el PP. Además, se deberían preservar algunas partidas que aumentan el crecimiento de la economía como la educación o el I+D. Aunque el gobernador no lo ha especificado, la suma alcanzaría en torno al 5% del PIB, unos 60.000 millones de euros a día de hoy. “Hace falta un ajuste de medio punto de PIB a partir de 2022”, ha afirmado. Esto es: unos 6.000 millones al año.
Así que lo óptimo es diseñarlo ahora, pero aplicarlo una vez se haya dejado atrás el golpe del coronavirus. Se trata de forjar cuanto antes “un pacto político de varias legislaturas”, en el que se explique que, después del desastre, el país será prudente con sus finanzas públicas. La idea del gobernador es hacerlo creíble, detallado a varios años y con el respaldo amplio de los partidos. Solo así se podría ganar credibilidad ante los mercados, ha apuntado Hernández de Cos.
El gobernador tiene voz y voto en el Banco Central Europeo (BCE), que ha duplicado sus compras de deuda española para mantener la prima de riesgo a raya desde la sentencia del Constitucional alemán. Traducción: el BCE no podrá hacerlo solo y, para eludir una situación insostenible en la que “se encarece la deuda”, en algún momento más adelante se tendrá que reconducir el desfase presupuestario. “La política nacional debe acompañar”, ha recalcado. Y es mejor planearlo de manera gradual y dilatado en el tiempo. El gobernador no ha detallado cómo abordar el ajuste. Pero ha mencionado una revisión de la eficiencia del gasto y una ampliación de bases impositivas, es decir, recortes y ahorros en el gasto y subidas de impuestos. “No bastará con unos retoques y habrá que tocar las dos patas, el gasto superfluo y los tributos que tienen capacidad recaudatoria”, ha zanjado. El organismo supervisor siempre ha sostenido que en la comparativa internacional España recauda menos por IVA e impuestos medioambientales.
En medio de la actual confrontación política, el mensaje que subyace es que siempre resultará mucho mejor acordar aquí entre todos el ajuste, en lugar de acabar con turbulencias en los mercados y un programa de austeridad impuesto por Bruselas.
Reformas estructurales
Por otra parte, Hernández de Cos ha reclamado también una ambiciosa agenda de reformas estructurales. Estas ya eran necesarias antes debido al elevado paro, el bajo crecimiento y el envejecimiento de la población. Pero ahora cobran todavía más sentido ante la necesidad de un mayor crecimiento para pagar la deuda y el riesgo de daños estructurales para la economía. Aunque todavía se desconozca cuál será la magnitud de la herida, puede haber sectores que no salgan igual de esta crisis. El gobernador ha incidido en que España es más vulnerable por su elevada dependencia del turismo o la hostelería, muy afectados por las medidas de distanciamiento social. Y por eso “hay que facilitar la reestructuración sectorial y entre empresas con reformas estructurales”, ha indicado.
En cuanto a la banca, esta se encuentra mejor preparada. Sin embargo, el gobernador ha admitido que se enfrenta a serios riesgos. Sobre todo por la magnitud de la perturbación. Nunca se había sometido a las entidades a una prueba que incluya una caída del PIB de dos dígitos en un solo año. Si los efectos de la pandemia son rápidos, esta podría capearlo. Pero la amenaza evidente es que se prolonguen. Y dada esa posibilidad, ha explicado que los colchones construidos podrían brindar un cierto tiempo para preparar una respuesta. También ha recordado que hay colectivos de familias y empresas que todavía están en una situación patrimonial vulnerable y que aumentarán la morosidad. “Hay que evitar que la crisis venga acompañada de un endurecimiento de las condiciones de financiación o de una crisis del sistema financiero”, ha destacado.
Hernández de Cos se ha mostrado a favor de una renta mínima. Pero ha recomendado que esta se diseñe muy bien para que no desincentive la búsqueda de empleo.
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