Perfeccionar un idioma, vivir una experiencia internacional, disfrutar de una cultura distinta o añadir un valor diferencial al currículum, son solo algunos de los motivos que empujan cada año miles de estudiantes universitario a apuntarse al programa de movilidad Erasmus +. Con 40.079 estudiantes, España ocupó el año pasado el tercer puesto en la lista de los países que más participan en él. En el curso 2019-2020 serán 51.307, lo que supone un 28% más, según el Servicio español para la internacionalización de la educación (Sepie). Para poder desenvolverse en sus estudios en el extranjero, cada uno de ellos recibirá ayudas de entre 200 y 300 euros al mes, según el país de destino, a los que se sumarán otros 100 euros para aquellos que realicen prácticas en empresas y 200 euros adicionales si provienen de un entorno desfavorecido. En este contexto, ¿sabrán gestionar sus finanzas de la manera más oportuna?
“La beca de Erasmus + es solo una ayuda a la movilidad, pero ciertamente no puede cubrir todos los gastos de la estancia en el extranjero”, advierte la directora de la Oficina de relaciones internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria, Clara Gartner. “El estudiante recibirá parte del dinero al inicio de la estancia y un segundo pago al finalizar el curso; por lo que es necesario que tenga ahorros”, añade. Pese a que, desde el punto de vista financiero, no será lo mismo cursar un Erasmus en Italia o Reino Unido (las dos principales elecciones de los españoles con el 20,4% y el 11,5%, respectivamente) que en Polonia (9%), administrar correctamente el dinero es precisamente uno de los retos —tal vez, no el más evidente— que todos tendrán por delante.
¿Abrir una cuenta?
Una de las dudas más comunes entre los estudiantes Erasmus es si merece la pena tener una cuenta corriente el algún banco en el extranjero. “Depende del país de destino y de la duración de la estancia”, contesta Gartner. “Muchas veces abrir una cuenta bancaria conlleva trámites burocráticos largos y arduos que no compensan si la permanencia es de solo un semestre”, aclara Gartner, quien por lo general recomienda a los estudiantes revisar con su propio banco las condiciones y comisiones que aplican cuando sus productos se utilicen fuera de España.
Muchos de los estudiantes que se van de Erasmus suelen quedarse en el extranjero a hacer prácticas y a veces encuentran su primer contrato laboral en el país de destino. Si se diera este caso, la directora de Desarrollo de negocio de medios de pago y consumo de Abanca, Constanza Mendez, aconseja abrir una cuenta en dicho país. “En muchas empresas es un requisito necesario, por los costes que tendría el hecho de ingresar el salario en una entidad fuera de su país”, apunta.
¿Pagar con tarjeta o sacar dinero del cajero?
Aunque evolucionen rápidamente, las costumbres con respecto a la utilización de la tarjeta o del efectivo para pagar importes no demasiado ingentes no son las mismas en todos los Estados miembros de la UE. Hay países donde tener siempre a mano algo de dinero es vital, por la imposibilidad de pagar con el plástico en muchos establecimientos. Eso sí, será necesario tener en cuenta que, en palabras de Mendez, “pagar con la tarjeta tiene más ventajas que sacar efectivo de un cajero”. Por un lado, de esta forma se evitan las comisiones por retiradas en en el extranjero, tanto la que nos puede aplicar el banco por usar cajeros de otras entidades como la que los propietarios de los cajeros pueden aplicar a los usuarios que no son sus clientes. Por el otro, “nos olvidaremos de llevar grandes cantidades de efectivo encima, con lo que ganaremos en seguridad y tranquilidad”, siempre y cuando sea posible.
Los estudiantes que se vayan de Erasmus en uno de los países participantes que no pertenecen a la UE (Islandia, Turquía, Liechtenstein, Macedonia del Norte, Noruega y Serbia) deberán tener en cuenta también cuánto le costaría cambiar dinero. “En los países con moneda distinta del euro, el tipo de cambio que se aplica a las operaciones con tarjeta suele ser mucho más ventajoso que el que aplican las casas de cambio en las que se puede comprar la divisa local”, subraya Mendez al respecto.
¿Cuántas tarjetas llevar?
“Los días previos a irse de Erasmus pueden ser comprensiblemente caóticos, pero no hay que olvidarse de prever dónde te van a ingresar la beca y con qué banco vas a operar durante este año”, destaca el director de Préstamos y tarjetas del comparador bancario iAhorro, Eduardo Zafra. “Es mejor llevar dos tarjetas diferentes, por si se pierde una y también para combinar los beneficios de una con los de la otra”, sugiere Zafra, quien cree que una opción interesante podría ser contar tanto con un banco tradicional, para que los padres tengan a mano una sucursal si necesitan hacer algún ingreso, como con un neobanco.
Los neobancos son entidades exclusivamente digitales, sin sucursales físicas, que permiten tener una tarjeta y operar con ellas sin abrir una cuenta corriente y sin comisiones. En España, los neobancos que han revolucionado el sector, sobre todo entre los más jóvenes, son BNext, N26 y Revolut.
Cero comisiones y cero vinculaciones
Las principales características en las que se debe fijar un estudiante a la hora de elegir la tarjeta con la que va a viajar es que esta no aplique comisiones y no tenga ninguna vinculación, en opinión de Mendez. “La tarjeta ideal debe ofrecer gratuidad en la comisión de emisión y mantenimiento, y debe permitir un número suficiente de retiradas de efectivo gratis en una amplia red de cajeros en el extranjero”, asevera.
Y agrega: “Si el estudiante viaja a algún país con moneda distinta al euro, debe fijarse en el tipo de cambio que se aplicará tanto en las compras como en las retiradas de efectivo en cajeros y en que la entidad emisora de la tarjeta no cobre comisión por cambio de divisa”.