Han pasado de las viejas bombonas de butano de quita y pon alojadas en el maletero, a los modernos tanques blindados de acero y fibra de carbono situados debajo de los asientos posteriores y la zona de carga. Las adaptaciones artesanales del taller de la esquina han dado paso a la producción en serie en las mismas cadenas de montaje que sus hermanos de gasolina o diésel, como una versión más, con idénticos estándares de calidad y seguridad. Es lo que ofrecen los modelos modernos de gas natural comprimido (GNC), el mismo de las calefacciones, y con la etiqueta ambiental ECO de la DGT, para poder acceder sin limitaciones al centro de las ciudades.
Seguridad cinco estrellas
"Los automóviles modernos de GNC ya no son adaptaciones de las versiones de gasolina y al fabricarse en las mismas lineas que sus hermanos que utilizan otros combustibles, tienen que pasar los mismos controles, y de hecho tienen la máxima calificación de cinco estrellas en protección a sus ocupantes en las pruebas de choque que otorga el organismo europeo de certificación EuroNCAP", señala Antonio Calvo, responsable de Movilidad Sostenible de Seat.
Depósitos de fibra de carbono
Los depósitos, que suelen ser de acero o de materiales compuestos como fibra de carbono y resinas, van protegidos dentro de una jaula y son mucho más resistentes que las variantes convencionales de gasolina o gasóleo en caso de accidente. "Además, incluyen unas válvulas especiales que van liberando el gas poco a poco según aumenta la temperatura interior para evitar cualquier problema si se produce un incendio, ya sea en el coche o por cualquier motivo externo.
Repostaje hermético
Por último, el sistema de repostaje también garantiza la seguridad, según el ejecutivo de la marca española:"Hasta que el sistema no detecta que la manguera de carga y la toma del depósito han ajustado herméticamente, no se activa la entrada de gas. Y a la menor fuga se bloquea al instante y cierra el paso de combustible. La seguridad está garantizada al máximo durante todo el proceso", añade.