La OCDE mejora la previsión de PIB de España pero pide la reforma de las pensiones

Advierte de que "la implementación de la reforma de las pensiones será clave para garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo"

Las pensiones suponen más de una cuarta parte del gasto público en España. Y prácticamente es la única partida que no ha sufrido un fuerte ajuste con la crisis. Además, es la que más crece conforme envejece la población. Resulta difícil contener el gasto sin contener el desembolso en estas prestaciones. De ahí que, a pesar de mejorar las previsiones económicas de España, la OCDE advierta este miércoles del riesgo de convertir en papel mojado la reforma de las pensiones, justo ahora que el Gobierno las quiere revalorizar por encima del 0,25% que fija la ley y cuando en el Pacto de Toledo se habla de volver a actualizarlas con la inflación. “La implementación de la reforma de pensiones será clave para asegurar la sostenibilidad fiscal a largo plazo”, dice.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, junto al ministro de Fomento, Íñigo de la SernaBallesteros (EFE)

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico concluye en su análisis publicado este miércoles que la deuda pública española continúa en unos niveles “altos”. Incluso si sigue disminuyendo en relación al PIB según mejora la economía, el Gobierno debería “asegurar unos descensos más significativos en los próximos años”, sostiene. En su informe anual, el Banco de España insistía también en este punto: pese a crecer a ritmos robustos, la deuda no baja como debería. Y eso deja a E...

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico concluye en su análisis publicado este miércoles que la deuda pública española continúa en unos niveles “altos”. Incluso si sigue disminuyendo en relación al PIB según mejora la economía, el Gobierno debería “asegurar unos descensos más significativos en los próximos años”, sostiene. En su informe anual, el Banco de España insistía también en este punto: pese a crecer a ritmos robustos, la deuda no baja como debería. Y eso deja a España en una situación muy vulnerable, sobre todo ante posibles escenarios de subidas de tipos.

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Para conseguir que caiga más la deuda, la OCDE recomienda que el Ejecutivo se ciña a los objetivos fiscales comprometidos a medio plazo. Aunque ve el riesgo de una desviación del déficit público para este año —de dos décimas hasta el 2,4%—, considera que la política fiscal es “apropiada” para este año y el que viene, “ya que equilibra la necesidad de crecimiento continuado con la sostenibilidad de la deuda pública”. Sin embargo, el problema reside en el medio y largo plazo. Y ahí “la clave” es la reforma de las pensiones.

El economista jefe de la OCDE, Álvaro Santos Pereira, hizo ayer especial hincapié en que si la financiación de las pensiones españolas no se hace viable a largo plazo, entonces “alguien tendrá que pagar la factura”. Y, a continuación, aseguró que se tendría que sufragar o bien con más cotizaciones o bien con recortes en otras rúbricas del gasto público.

Mejora de previsiones

En todo caso, el club de las grandes economías desarrolladas ha revisado al alza las previsiones económicas para España. Si bien es verdad que las tenía muy bajas. Mejora hasta el 2,8% el crecimiento del PIB esperado para 2018, cinco décimas más que en su anterior pronóstico. Y deja la estimación de 2019 en una tasa del 2,4%, tres décimas por encima. Con estas previsiones, se coloca en la misma línea que la mayoría de estimaciones: el FMI aventura un 2,8% y un 2,2% para 2018 y 2019, respectivamente. El Gobierno español prevé un 2,7% y un 2,4%. Y la Comisión, un 2,9% y un 2,4%. De cumplirse, la economía española crecerá más que la media de la zona euro y por encima de la mayoría de países grandes.

Este crecimiento se basará en “una robusta, aunque más moderada, creación de empleo y unas condiciones financieras favorables que seguirán sosteniendo la demanda doméstica privada”, señala el organismo. Pese a que seguirá creciendo, la inversión empresarial se ralentizará un vez vaya perdiendo fuerza toda la demanda nacional que había estado embalsada con la crisis a la espera de mejores tiempos. El mercado inmobiliario se recupera y, en consecuencia, la inversión residencial se expande con fuerza. El sector exterior continuará aportando al crecimiento gracias a las ganancias en competitividad. Los sueldos experimentarán un avance moderado. Y un encarecimiento del petróleo creará presiones sobre la inflación.

Poco peso a la inestabilidad política

La OCDE mejora las previsiones a pesar de las incertidumbres que rodean a la economía española. En su capítulo sobre España, la OCDE advierte de que “un Gobierno en minoría podría tener dificultades para seguir adelante con el programa nacional de reformas”. Sin embargo, el economista jefe del organismo, Santos Pereira, mitigó el potencial impacto de la convulsión política española en el “crecimiento saludable” que experimenta el país. “Hemos visto en el pasado que elecciones no han tenido un impacto muy grande en la economía española, y pienso que va a continuar así”, declaró. “Pensamos que las bases del crecimiento son la inversión, las exportaciones, y pensamos que eso va a continuar independientemente de más o menos incertidumbre política, por eso estamos bastante positivos”, acotó. De hecho, aseguró que si las previsiones económicas se hubieran hecho esta misma semana, “no habríamos cambiado nada”.

El otro factor político que mantiene alerta a la OCDE, como a tantos organismos, es la crisis catalana. En noviembre, la OCDE ya alertaba de que “tensiones persistentes en Cataluña pueden disminuir la confianza en los negocios y del consumidor significativamente, obstaculizando la demanda doméstica más de lo esperado”. Seis meses más tarde, la OCDE considera que “hasta el momento, se han contenido las consecuencias económicas de la incertidumbre política existente en Cataluña”. No obstante, agrega el informe, “la persistente incertidumbre en Cataluña podría mermar aún más la confianza y golpear la demanda interna”.

Las reformas ya conocidas

En cuanto a las recetas que recomienda a España aparte de las pensiones, la OCDE pide políticas efectivas para formar y recolocar a los parados; proseguir con la reducción de la alta tasa de abandono escolar; reforzar la FP; atajar la dualidad del mercado laboral entre fijos y temporales, sobre todo con un mejor control del abuso de la temporalidad; eliminar exenciones del IVA y hacer mayor uso de los tributos medioambientales.

“La estructura de la tributación permanece orientada hacia los ingresos del trabajo, lo que penaliza el crecimiento y el empleo”, apunta. Por último, el organismo destaca que habría que reducir barreras de entrada a los servicios, lo que generaría empleo y ganancias de productividad.

La preocupación a nivel global: los riesgos de una guerra comercial

El mundo ha vuelto por fin a una expansión económica como no se veía desde antes de la crisis, según la OCDE, que elevó sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo pero llamó la atención sobre algunos riesgos, especialmente el de una posible guerra comercial.

“La economía mundial está mejorando por fin, nos ha costado diez años llegar a donde estamos hoy”, dijo el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. “Pero no todo el mundo se está beneficiando de esta mejora. Hay además importantes riesgos, incluido un debilitamiento del multilateralismo”, agregó al presentar el informe.

En su informe de perspectivas publicado hoy, la OCDE indicó que la progresión del PIB en el mundo será del 3,8% en 2018, lo que significa una décima más que en su anterior análisis de hace seis meses. La revisión al alza es todavía mayor para 2019, de tres décimas hasta el 3,9%, un ritmo que se explica en primer lugar por el tirón -finalmente- de la inversión y del comercio mundial.

Los bajísimos tipos de interés mantenidos por los principales bancos centrales y los estímulos fiscales han sido los grandes apoyos, pero la vuelta a la normalidad en política monetaria exige que sean las mejoras de productividad las que tomen el relevo. Para que eso ocurra, según el economista jefe de la OCDE, Álvaro Pereira, se tiene que retomar el ritmo de las reformas estructurales, que se ha apagado en los últimos años, precisamente al calor de una recuperación que parecía hacerlas menos acuciantes. Por el lado de los riesgos, Pereira advierte de las tensiones comerciales, ante las que la receta es "continuar el diálogo", porque la eventualidad de una guerra comercial es algo que "no queremos experimentar".

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