Barclays: “La probabilidad de independencia en Cataluña es extremadamente baja”

El banco británico realiza un análisis en el que señala que el Gobierno catalán está forzando una respuesta dura de Rajoy para que el sí gane votantes

Campaña publicitaria a favor del referéndum en una estación de tren de BarcelonaAlbert Garcia

"¿Deberían los inversores preocuparse por el referéndum de la independencia catalana y sus posibles consecuencias?". Así comienza el breve análisis que el banco británico Barclays ha enviado esta mañana a inversores y clientes institucionales. La entidad realiza periódicamente estudios sobre temas de actualidad. En el dedicado a Cataluña, señala que "aunque es probable que la votación llene los titulares en el período previo a la fecha prevista para el 1 de octubre, la probabilidad de independencia en el corto plazo parece...

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"¿Deberían los inversores preocuparse por el referéndum de la independencia catalana y sus posibles consecuencias?". Así comienza el breve análisis que el banco británico Barclays ha enviado esta mañana a inversores y clientes institucionales. La entidad realiza periódicamente estudios sobre temas de actualidad. En el dedicado a Cataluña, señala que "aunque es probable que la votación llene los titulares en el período previo a la fecha prevista para el 1 de octubre, la probabilidad de independencia en el corto plazo parece ser extremadamente baja". A partir de ahí, sin embargo, señala las consecuencias políticas del enfrentamiento entre el gobierno autonómico y el Estado y repasa las incertidumbres que van a rodear los próximos meses.

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Barclays se suma así a los analistas y expertos que han evaluado el posible impacto de la independencia. Los mercados, de momento, no parecen considerarlo un problema inmediato. Moody's ya señaló que confiaba en que no habría independencia a corto plazo, pero avisó de que, de producirse, sí supondría un problema para la solvencia de Cataluña y el Estado. La agencia Fitch señaló que veía "poco verosímil" la secesión, aunque también alertó de la tensión creciente entre Cataluña y el Gobierno central.

El banco Barclays realiza un informe en tres partes: lo que ya se sabe, lo que se intuye y lo que no se sabe. En el primer apartado, sobre lo que sí se sabe, destaca que "los votantes separatistas no tienen mayoría. Las encuestas ponen este número en poco más del 40%. Además, el Tribunal Constitucional ha declarado ilegal el referéndum y, con toda probabilidad, declarará ilegal cualquier posible declaración unilateral de independencia". Sobre sus previsiones, apuntan que creen que "la estrategia del Gobierno catalán podría ser forzar una fuerte respuesta por parte del Gobierno central que pudiera persuadir a más electores en Cataluña para que apoyen la independencia".

En el bloque de las cosas que se intuyen pero no están nada claras, destaca que el referéndum está convocado el 1 de octubre, pero no está claro si se celebrará. "Parece probable que los puestos de votación oficiales (en escuelas públicas) no se abran, tal y como lo ordena el poder judicial, o al menos que todos". Y añade que es poco probable que la participación sea superior al 50%, pero probable que gane el sí. "En cualquier caso, pensamos que el Gobierno regional llamará a nuevas elecciones. ERC está muy por delante en las encuestas, lo que significaría Oriol Junqueras (líder de ERC) es probable que se convierta en el próximo presidente de Cataluña. Como en el pasado, su agenda política estaría orientada a persuadir a más votantes a apoyar la independencia".

En el bloque que considera absolutamente desconocido, Barclays arranca recordando que "la independencia parece muy improbable en el corto plazo" y añade: "Los mercados han sido relativamente optimistas hasta ahora (y con razón, a nuestro juicio)". 

Sin embargo, los riesgos sí existen a medio plazo: "Está mucho menos claro cómo el apoyo a la independencia evolucionará a medio plazo. Ese camino dependería en gran medida de las políticas y respuestas de ambas partes", recuerda. "Podría haber desencadenantes que hicieran que el camino a corto plazo no fuera lineal, lo que podría conducir a una escalada mayor". Y cita tres elementos que desestabilizarían las cosas: "una chispa de violencia; una respuesta desproporcionada por cualquiera de las partes; o quizás la aplicación del artículo 155 por parte del gobierno central para retirar las competencias autonómicas a Cataluña".

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