Análisis:Elecciones municipales y autonómicas

Populismo bancario

Pocos temas dan más votos que criticar a la banca, especialmente después de que la crisis financiera haya exigido prestarles dinero público para que no quiebren. Además, las entidades han cerrado el grifo del crédito o, al menos, lo han encarecido para empresas y familias. Con 1,4 millones de familias que tienen todos sus miembros en paro, la Xunta de Galicia y los socialistas de Murcia se han mostrado partidarios de reformar la Ley Hipotecaria para que la vivienda sea la única garantía para el pago de la deuda hipotecaria. Lo dicen aunque saben que sus partidos no lo apoyan ahora ni lo apoyar...

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Pocos temas dan más votos que criticar a la banca, especialmente después de que la crisis financiera haya exigido prestarles dinero público para que no quiebren. Además, las entidades han cerrado el grifo del crédito o, al menos, lo han encarecido para empresas y familias. Con 1,4 millones de familias que tienen todos sus miembros en paro, la Xunta de Galicia y los socialistas de Murcia se han mostrado partidarios de reformar la Ley Hipotecaria para que la vivienda sea la única garantía para el pago de la deuda hipotecaria. Lo dicen aunque saben que sus partidos no lo apoyan ahora ni lo apoyaron en el Congreso de los Diputados, donde sí se pueden cambiar estas leyes.

Disparan contra el enemigo público, lo más rentable, pero antes deberían consultar con los expertos que saben que si la vivienda es la única garantía se encarecerían los créditos porque aumenta el riesgo de impago. De poco serviría que las entidades comercializaran estos productos si las mensualidades son un 20% o un 30% más caras. O si se pide una entrada mucho más elevada para financiar la compra. La banca es libre de establecer sus condiciones porque en España no hay banca pública.

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Hace años, cuando subieron los tipos de interés, los ciudadanos exigieron hipotecas a tipo fijo. El Gobierno cambió la ley y se comercializaron, pero eran tan caras que apenas se vendieron. Pero sí hay cambios que pueden beneficiar a los hipotecados, como eliminar cláusulas abusivas, los intereses de demora que se calculan sobre todo el crédito y acabar con las tasadoras filiales de la banca, responsables de las valoraciones estatrosféricas que han provocado estos problemas. No es tan populista, pero sería más efectivo.

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