La crisis del euro

España planta cara a los mercados

El Gobierno y el Banco de España intentan calmar a los inversores con transparencia - Zapatero reta a los que apuestan contra el país: "Se van a equivocar"

Afirmar un día tras otro que España no se parece a Irlanda no sirve de mucho. Desde que Dublín reclamó la ayuda financiera de sus socios europeos el pasado domingo, incluso antes, dirigentes españoles y europeos se han desgañitado negando parecido alguno. Ayer lo hizo incluso la agencia de calificación Standard & Poor's. Pero los mercados no están para distinciones, sobre todo tras ver cómo las pruebas de resistencia a la banca europea no detectaron la situación de las entidades irlandesas. España, como Irlanda, ha vivido una gran burbuja inmobiliaria. Los inversores desconfían y actúan en con...

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Afirmar un día tras otro que España no se parece a Irlanda no sirve de mucho. Desde que Dublín reclamó la ayuda financiera de sus socios europeos el pasado domingo, incluso antes, dirigentes españoles y europeos se han desgañitado negando parecido alguno. Ayer lo hizo incluso la agencia de calificación Standard & Poor's. Pero los mercados no están para distinciones, sobre todo tras ver cómo las pruebas de resistencia a la banca europea no detectaron la situación de las entidades irlandesas. España, como Irlanda, ha vivido una gran burbuja inmobiliaria. Los inversores desconfían y actúan en consecuencia: caídas en Bolsa, aumentos de rentabilidad en bonos. Para cambiar exigen más pruebas. "Transparencia", le llamó ayer la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado. También reclaman hechos. Traducido, reformas ya: pensiones, negociación colectiva, y acabar los últimos capítulos de la financiera.

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Ayer el Gobierno y el Banco de España se pusieron manos a la obra, sobre todo en lo referente a las pruebas, a la transparencia. Para las reformas Salgado reiteró el calendario conocido: antes de fin de año se concluirá la financiera y en marzo, "antes si es posible", la del sistema de pensiones.

El primero en abrir fuego fue Zapatero. Recurrió a las declaraciones contundentes que tanto le gustan, como cuando afirmó hace meses que la crisis de la deuda soberana había pasado. En una entrevista en la emisora catalana Rac1, negó "absolutamente" que España fuera a recurrir al rescate financiero. Incluso fue más allá. "Los inversores que están apostando a corto sobre España se van a equivocar y eso va a ir en contra de sus intereses", retó el presidente.

Las palabras de Zapatero, a primera hora de la mañana, sonaban a desafío. Pronto se vio que iban acompañadas de medidas para impulsar la transparencia y calmar a los mercados. El siguiente movimiento del día correspondió al Banco de España. El subgobernador, Julio Aríztegui, aseguró que "la situación de España es muy diferente [de la de Irlanda] tanto en lo relativo al sector público como al bancario". Para demostrarlo, el supervisor va a imponer a las entidades financieras más transparencia sobre las cifras del ladrillo que guardan en sus balances. El objetivo es marcar diferencias con Irlanda, aunque para ello la banca tenga que volver a hacer un ejercicio nudista mayor que sus competidores. Además, Aríztegui subrayó que las pruebas de resistencia a la banca española fueron mucho más exigentes que las de otros países europeos. No solo eso, sino que el Banco de España las ha vuelto a repasar "estos días" y asegura que mantienen su vigencia.

La tercera en mover ficha fue la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, que fue quien aclaró cuál era el objetivo de la ofensiva de la transparencia: "No hay mejor manera de asegurar la confianza que dando información veraz de cuál es la situación de la economía española".

Salgado anunció que publicará de manera mensual la evolución de la deuda y que en lo que queda de 2010 el Tesoro emitiría menos de lo previsto, apoyada en que las subastas celebradas hasta ahora habían ido mejor de lo esperado. "No vamos a suspender ninguna subasta. Lo que haremos será reducir el volumen", explicó Salgado.

El segundo pilar de la "transparencia" se apoya en el compromiso que Economía arrancó esta semana a las comunidades autónomas. Ambas partes han acordado que las comunidades darán información trimestral sobre el estado de sus cuentas, donde los mercados centran las dudas de que España pueda cumplir con su compromiso de reducción del déficit.

Salgado guardó además una mención especial para las nuevas exigencias del Banco de España a las entidades financieras. Sus palabras se inspiraban claramente en las de Aríztegui, y el comunicado posterior de Economía reproduce palabra por palabra en tres párrafos lo dicho por el subgobernador, lo que abona la tesis de una ofensiva coordinada entre el Ejecutivo y el Banco de España.

La avalancha de anuncios y declaraciones no encontró el apoyo del líder del Partido Popular. Mariano Rajoy aprovechó las palabras del vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, el jueves para exigir a Zapatero que despeje "las dudas que hay sobre España". La respuesta a Rajoy le correspondió al vicepresidente primero y portavoz del Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba pidió al PP que no perjudique los intereses de la economía y de los ciudadanos para "tratar de meter el dedo" al Ejecutivo.

Después de una semana en que el Ibex ha perdido un 7%, y la rentabilidad del bono a 10 años ha llegado al 5,28%, los mensajes del Gobierno aliviaron algo la presión. La prima de riesgo de la deuda había escalado por la mañana hasta los 264 puntos básicos, el máximo en la era euro. Luego cayó hasta los 245 puntos. En el respiro de la renta fija, también puso algo de su parte la aprobación del presupuesto portugués gracias a la abstención del principal partido de la oposición. La Bolsa, por el contrario, no mejoró y cerró con pérdidas.

La vicepresidenta Elena Salgado, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.ULY MARTÍN

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