Agujero sin fondo
José, ¿por qué te fuiste? Te escribo a los zarpazos. Pisamos empedrados de pena y le dijeron a tu Pilar que con las lágrimas que se están vertiendo ahora se podrían apagar todas las sequías del mundo. Ese fue tu mester siempre: apagar las sequías del alma y del espíritu. Se acabó tu respirar, pero no las tareas que dejaste: escribir a la vida y reescribirla. Te veo en la estación siguiente del dolor, entero, solidario, generoso, ofendido por el daño al otro, de nacionalidad humano. ¿Por qué te fuiste, José? ¿Cómo arreglamos este agujero sin fondo?...
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José, ¿por qué te fuiste? Te escribo a los zarpazos. Pisamos empedrados de pena y le dijeron a tu Pilar que con las lágrimas que se están vertiendo ahora se podrían apagar todas las sequías del mundo. Ese fue tu mester siempre: apagar las sequías del alma y del espíritu. Se acabó tu respirar, pero no las tareas que dejaste: escribir a la vida y reescribirla. Te veo en la estación siguiente del dolor, entero, solidario, generoso, ofendido por el daño al otro, de nacionalidad humano. ¿Por qué te fuiste, José? ¿Cómo arreglamos este agujero sin fondo?