El 'agujero' del Palau de la Música sube a 35,6 millones

La auditoría del Palau de la Música va llegando a su fin, pero el agujero se agranda. El último informe pericial de Deloitte indica que el desfalco que realizaron el ex presidente del Palau, Fèlix Millet, y su mano derecha, Jordi Montull, rebasa los 35,6 millones de euros. El informe anterior, de noviembre de 2009, situaba el desvío de fondos en 23,7 millones de euros. Este aumento se debe sobre todo a las investigaciones de las obras del Palau. Aparte quedan los sueldos de Millet y su entorno, unos 2,2 millones de euros en 2008, que el actual equipo gestor considera "irregulares", pero que no...

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La auditoría del Palau de la Música va llegando a su fin, pero el agujero se agranda. El último informe pericial de Deloitte indica que el desfalco que realizaron el ex presidente del Palau, Fèlix Millet, y su mano derecha, Jordi Montull, rebasa los 35,6 millones de euros. El informe anterior, de noviembre de 2009, situaba el desvío de fondos en 23,7 millones de euros. Este aumento se debe sobre todo a las investigaciones de las obras del Palau. Aparte quedan los sueldos de Millet y su entorno, unos 2,2 millones de euros en 2008, que el actual equipo gestor considera "irregulares", pero que no puede incluir en el informe pericial porque debe ser el juez quien se pronuncie.

El nuevo equipo gestor del Palau, encabezado por Mariona Carulla, presentó ayer esos resultados a la Asamblea General de la Asociación Orfeó Català. En el orden del día estaba la renovación y ratificación de la junta, una fórmula del equipo Carulla para quitarse el estigma de ser directivos elegidos por Millet: poner sus cargos a disposición de los socios con la esperanza de que éstos les confíen la transición.

La junta deseaba aprobar la creación de una comisión que reforme los estatutos del Orfeó Català para evitar que los cargos se perpetúen como hasta ahora. Los directivos fijan entre dos y tres meses para reformarlos, tras lo cual se convocaría una asamblea extraordinaria para su aprobación y, después, elecciones para una nueva junta. Al cierre de esta edición, la asamblea no había concluido, alargada por el detallismo con el que se expuso el proceso vivido. Pocos escuchaban: el acto arrancó con unos 150 socios que, si bien eran el triple de los que solían acudir a las anteriores, apenas significaban el 10% del censo.

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