Una misteriosa plaga azota a las ostras del delta

No se sabe el motivo, pero seis de cada 10 ostras criadas en el delta del Ebro han muerto desde el pasado mes de mayo. La tasa dobla la mortalidad registrada en las campañas anteriores, cuando fallecieron alrededor del 30% de las ostras de la zona también por causas desconocidas. "Este verano ha ocurrido algo raro y nadie sabe qué", lamentó ayer el presidente de la Federación de Productores de Moluscos del Delta, José Ramon Castells, que eleva la tasa de mortalidad al 80% en algunas zonas.

La Generalitat tampoco da con la respuesta: los análisis hechos a principios de verano no han dete...

No se sabe el motivo, pero seis de cada 10 ostras criadas en el delta del Ebro han muerto desde el pasado mes de mayo. La tasa dobla la mortalidad registrada en las campañas anteriores, cuando fallecieron alrededor del 30% de las ostras de la zona también por causas desconocidas. "Este verano ha ocurrido algo raro y nadie sabe qué", lamentó ayer el presidente de la Federación de Productores de Moluscos del Delta, José Ramon Castells, que eleva la tasa de mortalidad al 80% en algunas zonas.

La Generalitat tampoco da con la respuesta: los análisis hechos a principios de verano no han detectado contaminación alguna en las ostras afectadas. "Sospechábamos la causa sería alguna bacteria o el abuso de ciertos pesticidas, pero los análisis han salido limpios", indicó un portavoz del Departamento de Agricultura.El laboratorio se ha encargado de desmontar una tras otra las hipótesis planteadas por los técnicos de la Generalitat. El centro del Gobierno catalán para investigaciones agrícolas (IRTA) detectó trazas de virus y de bacterias en algunos ejemplares, pero en niveles ínfimos que no casan con la elevada mortalidad. La Agencia Catalana del Agua también realizó pruebas en la zona afectada, tomando muestras de la bahía del Fangar y la de los Alfacs. En algunos periodos se detectaron picos de toxicidad derivados del empleo de pesticidas, pero no excedieron los límites que fija la normativa. "El nivel detectado no puede causar la muerte de ninguna especie", subraya Agricultura.

La falta de resultados ha convertido las muertes en un misterio que los criadores exigen que se esclarezca. "No queremos espantar a nadie, pero estas muertes señalan que algo falla", razonó Castells. Hay ciertas pautas que se repiten: la mortalidad se dispara a partir de los meses de mayo y junio. Es el periodo en que las ostras ovulan, por lo que su salud es más frágil.

El problema no es exclusivo del delta: estudios de universidades europeas y estadounidenses han detectado que el aumento de la temperatura del mar merma el sistema defensivo de los moluscos, afectando especialmente a las ostras por ser la especie que más agua absorbe. "Puede que se deba a una combinación de distintos factores", admiten técnicos del IRTA.

El desconcierto ha alertado a los criadores, obligados a reducir la producción del año próximo de 100 toneladas a algo menos de 50. "No podemos hacer otra cosa, el que pueda producirá, otros cerrarán o se pasarán a la cría de mejillones", lamentó Castells. Los productores señalaron entre los múltiples factores que pueden disparar la mortandad que los regantes del delta vierten sus aguas directamente sobre las bahías afectadas. "Cada vez emplean más pesticidas para combatir las plagas", comentan.

La Generalitat ha licitado la construcción de un desagüe para que el agua de los regantes se vierta mar adentro. "Eso sólo desplazará el problema, pero puede salvar nuestros criaderos", confió Castells.