Un juez da la razón a Salinger en su denuncia por plagio

El escritor J. D. Salinger ha conseguido su objetivo: frenar indefinidamente la publicación en Estados Unidos de un libro que considera un plagio de su famosa novela El guardián entre el centeno. El huidizo escritor, de 90 años, del que no se sabía nada desde hace casi una década, salió de su legendaria reclusión hace un mes para denunciar a Fredrik Coltrin, autor de 60 years later: coming through the rye, una novela que, según su autor, era simplemente una parodia crítica de la obra magna de Salinger y del propio escritor. Tras leer los dos libros, la juez Deborah Batts ha dicta...

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El escritor J. D. Salinger ha conseguido su objetivo: frenar indefinidamente la publicación en Estados Unidos de un libro que considera un plagio de su famosa novela El guardián entre el centeno. El huidizo escritor, de 90 años, del que no se sabía nada desde hace casi una década, salió de su legendaria reclusión hace un mes para denunciar a Fredrik Coltrin, autor de 60 years later: coming through the rye, una novela que, según su autor, era simplemente una parodia crítica de la obra magna de Salinger y del propio escritor. Tras leer los dos libros, la juez Deborah Batts ha dictado sentencia en Nueva York a favor de Salinger: "La obra de Coltrin utiliza demasiadas piezas tanto en sustancia como en estilo de El guardián entre el centeno, mucho más de lo que sería necesario para criticar a Salinger, sus actitudes y su comportamiento".

Coltrin, un narrador sueco, alegaba que su libro "no es una copia", sino que transforma "al precoz y auténtico Holden [protagonista adolescente del libro de Salinger] en un hombre de 76 años carcomido por la indecisión y la inseguridad". El personaje, llamado mister C, se escapa de una residencia de ancianos y vive experiencias similares a las que vivió Holden en el libro de Salinger. Sin embargo, según la juez, "uno de los temas principales de El guardián entre el centeno es precisamente la naturaleza rebelde del protagonista y su tendencia a la alienación depresiva, y repetir el mismo ejercicio para parodiarlo, simplemente porque la sociedad y el protagonista han envejecido, no tiene nada de parodia".

La sentencia reconoce que Coltrin viola los derechos de autor de Salinger, que no se presentó en los juzgados y tampoco hizo declaraciones tras ganar el juicio.

El libro está a la venta en Reino Unido, y la disputa legal en Estados Unidos podría prolongarse si Coltrin decide seguir peleando, pero no se ha pronunciado al respecto. Eso sí, ha dicho estar muy sorprendido por la sentencia: "Quizá sea un sueco ignorante, pero lo último que me esperaba es que en Estados Unidos se prohibiera publicar libros", ha declarado a The New York Times.

No es la primera vez que Salinger se pelea por sus derechos de autor. Hace 20 años consiguió censurar cartas privadas que aparecían en una biografía no autorizada, y también prohibió la distribución mundial de un filme basado en su libro Franny y Zooey.

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