Análisis:Éxito español y jaque a la industria del cine

No es país para viejos... ni para bobos

A ver, a ver cómo reacciona ahora en su trinchera de papel y tinta la jauría de los tristes tigres del seudoperiodismo cinematográfico y del seudoperiodismo en general, esos mismos que, una vez sí y la otra también, aprovechan cualquier movimiento de Javier Bardem para ponerle no ya a caldo, sino a ácido sulfúrico, porque ya se sabe, este tipo no es actor, sino un peligroso militante de la ultraizquierda dispuesto a acabar con este país.

A ver cómo titulan y cómo justifican ahora los paladines de la pureza patriótica y del antiterrorismo por vía golpista el Globo de Oro que le han dado ...

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A ver, a ver cómo reacciona ahora en su trinchera de papel y tinta la jauría de los tristes tigres del seudoperiodismo cinematográfico y del seudoperiodismo en general, esos mismos que, una vez sí y la otra también, aprovechan cualquier movimiento de Javier Bardem para ponerle no ya a caldo, sino a ácido sulfúrico, porque ya se sabe, este tipo no es actor, sino un peligroso militante de la ultraizquierda dispuesto a acabar con este país.

A ver cómo titulan y cómo justifican ahora los paladines de la pureza patriótica y del antiterrorismo por vía golpista el Globo de Oro que le han dado al protagonista de No country for old men, fastuosa, feroz y desopilante crónica de dinero, sangre, orgullo y melancolía.

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Porque, es un suponer, algo tendrán que decir de Javier Bardem en clave positiva quienes tanto, tan ridículamente y con tanta mala baba le han vapuleado en las páginas y en las ondas, ahora que el actor español pasea por todo el mundo la españolísima conquista del Globo de Oro. Ahora que, salvo cataclismo grado 9 en la escala Richter, aquel lobezno chuloputas, torpón y peloenpecho parido por Bigas Luna en Jamón, jamón se dispone a afrontar la recta final que conduce derechita -24 de febrero próximo- a la dichosa frase ¡And the Oscar goes to...!

Ya lo dejó dicho en su novela el genial Cormac McCarthy: No country for old men. No es país para viejos. También sería deseable que este no fuese un país para bobos, y bobos de remate son esos sabelotodos que, como no van al cine, siempre escriben o hablan de la misma película. O sea: de esa película que trata de que Javier Bardem, los Bardem en general y aún más en general los actores y directores del cine español sólo saben protestar contra la guerra de Irak, y en cambio, les encanta ETA o la dictadura de Fidel. Pero menos mal que éste No es país para bobos y todos nos entendemos.

Para los no-bobos -también conocidos como gente corriente, españoles medios o incluso aficionados al cine- hay que decir con urgencia lo esencial. Que No country for old men dejará boquiabiertos a los seguidores del cine de los hermanos Coen en estado puro, es decir, del cine que corre por las venas de obras maestras como Fargo o El gran Lebowski. Y que en la cumbre de esta película se sienta un tipo mal encarado y peor intencionado que responde al nombre de Anton Chigurh, alias Javier Bardem: un actor en estado de gracia capaz de dar rienda suelta al universo surreal, lírico y sanguinario de los Coen.

"Sólo ellos son capaces de mezclar así lo macabro, lo absurdo y lo divertido que hay en el ser humano", dijo de ellos el propio Bardem en mayo a su paso por el Festival de Cannes, donde se produjo el estreno mundial de la película. En España, que no es país para bobos, el abominable Anton Chigurh tiene prevista su llegada el 8 de febrero.

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