Maragall y Marcelino Iglesias, sin acuerdo sobre la crisis de las obras de arte sacro

No hubo acuerdos y sí una larga lista de desencuentros. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y su homólogo aragonés, Marcelino Iglesias, fracasaron la noche del martes en su intento de acercar posiciones en la crisis abierta entre ambas comunidades por las 113 obras de arte sacro expuestas en el Museo Diocesano de Lleida y que reclama el arzobispado de Barbastro-Monzón.

Tras el encuentro de ambos presidentes, que se llevó a cabo en Barcelona y con la máxima discreción, Iglesias lamentó el "menosprecio" con el que a su juicio han tratado a Aragón las instituciones catalanas...

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No hubo acuerdos y sí una larga lista de desencuentros. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y su homólogo aragonés, Marcelino Iglesias, fracasaron la noche del martes en su intento de acercar posiciones en la crisis abierta entre ambas comunidades por las 113 obras de arte sacro expuestas en el Museo Diocesano de Lleida y que reclama el arzobispado de Barbastro-Monzón.

Tras el encuentro de ambos presidentes, que se llevó a cabo en Barcelona y con la máxima discreción, Iglesias lamentó el "menosprecio" con el que a su juicio han tratado a Aragón las instituciones catalanas. Iglesias fue especialmente crítico con el contenido de la moción aprobada por unanimidad en el Parlamento catalán la semana pasada y que insta al Ejecutivo de Pasqual Maragall a impedir la salida de las obras de arte, al menos mientras no se defina por vía judicial la propiedad de las 113 piezas.

Fuentes conocedoras del encuentro aseguraron que la reunión estuvo presidida por un clima de "absoluta cordialidad" entre los presidentes, puesto que "ambos son conscientes de que la propiedad de las obras no es ni de Cataluña ni de Aragón, sino de la Iglesia, que es la que debe decidir".

El consejero de cultura catalán, Ferran Mascarell, también presente en el encuentro, destacó ayer que su apuesta no pasa por la confrontación territorial, sino por dar prioridad al "planteamiento cultural". Lo que pretende el Gobierno catalán es una rotación de las obras de arte por ambas comunidades sin romper la unidad de la colección. Sin embargo, este planteamiento choca con el de los dos grupos mayoritarios en el Parlamento catalán: Convergència i Unió y Esquerra Republicana.

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