Una campaña para "cuidar al cuidador"

Más de 55.000 personas dependientes residen en Euskadi, como destacó el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, en su reciente visita a Bilbao para informar de la futura ley de Dependencia. Esa cifra crecerá progresivamente debido al envejecimiento de la población.

La atención a estas personas dependientes recae en el 97% de los casos en sus familias, que ya empiezan a vivir esta circunstancia como un problema. La ONG Suspergintza acaba de poner en marcha, en colaboración con la BBK, la campaña Zaintzea para llamar la atención sobre las consecuencias de la tarea de cuidar...

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Más de 55.000 personas dependientes residen en Euskadi, como destacó el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, en su reciente visita a Bilbao para informar de la futura ley de Dependencia. Esa cifra crecerá progresivamente debido al envejecimiento de la población.

La atención a estas personas dependientes recae en el 97% de los casos en sus familias, que ya empiezan a vivir esta circunstancia como un problema. La ONG Suspergintza acaba de poner en marcha, en colaboración con la BBK, la campaña Zaintzea para llamar la atención sobre las consecuencias de la tarea de cuidar con el lema Si cuidas, ¡Cuídate!

El cuidado genera estrés en las personas encargadas del mismo, la mayoría (un 83%) mujeres. Para José Javier Miguel, director de Zaintzea, uno de los peligros de la futura ley es perpetuar que sigan siendo las mujeres las cuidadoras. Miguel precisa que la media de edad de las personas cuidadoras asciende a 52 años y que en la mayoría de casos atienden a su cónyuge.

Un síntoma que presenta más del 80% de cuidadores es la soledad. "Es más frecuente que la depresión o la ansiedad", dice. Su trabajo con los cuidadores comienza por "escucharles, que no es poco". Cuando acuden al servicio social de base o al ambulatorio, estas personas "se encuentran con que sólo hablan del enfermo", explica Miguel. Después se les informa de las posibilidades con que cuentan, como el ingreso en residencias, los centros de día o los servicios a domicilio.

La campaña insiste en el que el cuidador no debe esperar a que la situación le desborde para pedir ayuda para sí mismo. "Lo ideal sería incidir desde el momento del diagnóstico", apunta Miguel. Destaca uno de los mayores enemigos de las personas cuidadoras: la sobredependencia, hacer más por el enfermo de lo que realmente necesita. "La sobreprotección agudiza la dependencia. Con los niños lo hacemos bien, pero no con las personas mayores", apostilla.

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