Chávez apoya al Gobierno de Bolivia con 200.000 barriles de gasóleo al mes

Apenas 24 horas después de haber jurado como presidente de Bolivia, Evo Morales firmó ayer en La Paz con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, ocho tratados de colaboración, especialmente en el campo económico, que suponen un giro en la política exterior llevada hasta ahora por Bolivia y que colocan al país andino en la esfera de influencia de Caracas en la región. La jornada se completó con la designación del nuevo Gobierno boliviano, formado, como estaba previsto, por indígenas, campesinos, mineros, ex militares, académicos e intelectuales de izquierda.

Ataviado con la chompa (e...

Apenas 24 horas después de haber jurado como presidente de Bolivia, Evo Morales firmó ayer en La Paz con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, ocho tratados de colaboración, especialmente en el campo económico, que suponen un giro en la política exterior llevada hasta ahora por Bolivia y que colocan al país andino en la esfera de influencia de Caracas en la región. La jornada se completó con la designación del nuevo Gobierno boliviano, formado, como estaba previsto, por indígenas, campesinos, mineros, ex militares, académicos e intelectuales de izquierda.

Ataviado con la chompa (el jersey) roja, blanca y azul que ha dado la vuelta al mundo, y levantando el puño izquierdo como hiciera durante su propio juramento, Morales escuchó el compromiso de los 16 nuevos ministros, a los que instó a cumplir "con el mandato del pueblo que es cambiar el modelo neoliberal y resolver los problemas estructurales y sociales". Morales les advirtió de que no puede haber corrupción y de que es necesario aplicar una política de "cero burocracia". Entre los nuevos nombramientos del "Gobierno del cambio", como lo calificó el propio Morales, destacan el del ministro de Hidrocarburos, Andrés Solís, un periodista partidario de la nacionalización de las fuentes de energía, y el de la ministra de Gobernación (Interior), Alicia Muñoz, que se convierte así en la primera mujer que mandará a las fuerzas de policía del país. También destaca el titular de la cartera de Exteriores, el aimara David Choquehuanca, hombre del círculo de confianza del presidente, quien dirigió sus primeras palabras a la prensa en las lenguas aimara y quechua. El discurso de Choquehuanca estuvo plagado de referencias al retorno a los orígenes y al recuerdo de los antepasados, y finalizó dando vivas en aimara a Morales.

Tampoco se ha olvidado Morales del ex alcalde de El Alto, Abel Mamani, cuya organización de los bloqueos sobre La Paz fue fundamental en la caída de varios Gobiernos bolivianos. Mamani ha sido nombrado ministro sin cartera encargado de Aguas. Fue precisamente el conflicto con la compañía privatizada Aguas del Ilimani, que estaba controlada por la francesa Suez, la que radicalizó las movilizaciones en El Alto. Otro nombramiento significativo es el de Casimira Rodríguez, una ex empleada de hogar que ha sido nombrada ministra sin cartera responsable de Justicia. El titular de Minería, Walter Villarroel, acudió a jurar ataviado con un casco de minero.También ayer se anunció que en la residencia presidencial vivirán Morales, su vicepresidente, Álvaro García Linera, y los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, Edmundo Novillo y Santos Ramírez, respectivamente.

Menos de 24 horas después de de jurar su cargo, Morales firmó ocho acuerdos con Venezuela. El presidente venezolano, Hugo Chávez, prometió que Caracas facilitará materiales a Bolivia para la construcción de carreteras y 5.000 becas para estudiantes del campo y suministrará 200.000 barriles de gasóleo al mes. A cambio, Venezuela importará soja y productos avícolas bolivianos. El mandatario venezolano señaló que "lo que está ocurriendo en Bolivia es un ejemplo de eficiencia". "Nos han saqueado durante siglos, llegó la hora de recuperar nuestras riquezas naturales. Las riquezas de un país deben ser para los habitantes de ese país", subrayó. Por la tarde, Morales se trasladó a Sucre, capital constitucional de Bolivia, donde asistió al acto de reconocimiento de los prefectos de las nueve regiones del país -elegidos por primera vez democráticamente- y de varios alcaldes.

Por su parte, el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, visitó en El Alto un hospital financiado por la Cooperación Española.