Rushdie defiende la presencia del humor en sus novelas

El escritor abre en Barcelona el ciclo 'El valor de la palabra'

El escritor Salman Rushdie inauguró ayer en la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona el ciclo El valor de la palabra, acto enmarcado en el Año del Libro. Ante un numeroso público, Rushdie insistió en dejar para el pasado el desagradable tema de la sentencia de muerte y dio muestras de humor, al que considera muy importante en sus novelas. "No quiero que me definan como aquel escritor al que un día atacaron", señaló. "Tampoco quiero que se me conozca como un escritor vengativo. Se ha escrito demasiado sobre mí; lo único interesante es que he conseguido escribir algunos libros".

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El escritor Salman Rushdie inauguró ayer en la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona el ciclo El valor de la palabra, acto enmarcado en el Año del Libro. Ante un numeroso público, Rushdie insistió en dejar para el pasado el desagradable tema de la sentencia de muerte y dio muestras de humor, al que considera muy importante en sus novelas. "No quiero que me definan como aquel escritor al que un día atacaron", señaló. "Tampoco quiero que se me conozca como un escritor vengativo. Se ha escrito demasiado sobre mí; lo único interesante es que he conseguido escribir algunos libros".

Ante las preguntas del escritor Rodrigo Fresán, Rushdie insistió en restar importancia al tema de la fatua, se permitió lanzar una pulla contra El código Da Vinci y expresó su convencimiento de que el mundo actual exige que se escriban novelas distintas. "Ahora se viaja mucho más", dijo, "y la gente que nace en un determinado lugar acaba viviendo en otro muy lejano. Esto destruye la idea de las raíces, de la identidad, del lenguaje. Hoy el mundo ha cambiado mucho y hay muchas más relaciones entre los lugares más distantes. Desde que yo era niño en Bombay he vivido esta mezcla. Hay que encontrar una nueva manera de narrar todo esto".

Rushdie, que resulta ser un apasionado del fútbol y sigue con interés la liga española, recordó que fue la visión de la película El mago de Oz la que le hizo querer ser escritor y comentó que en su última novela, Shalimar el payaso (Mondadori), ha querido escribir una novela global, con escenarios repartidos por todo el mundo, en la que el terrorismo tiene un papel importante, pero "se trata básicamente de la historia de una venganza tras un amor traicionado".

Acerca de la etiqueta de "realismo mágico" con la que definieron su novela Los hijos de la medianoche, comentó: "No pienso en etiquetas cuando escribo. Si lo de realismo mágico sirve para definir a un grupo de escritores latinoamericanos, me parece bien, pero no es útil para todo. En cualquier caso, pienso que hay un tipo de escritores que no escribimos de acuerdo con las normas del naturalismo. Creo que el realismo absoluto pertenece al pasado, ya que antes había una conexión entre autor y lector sobre el tipo de mundo acerca del que se escribía. Ahora ya no existe este acuerdo y creo, por tanto, que hay que escribir de otro modo. El mundo de hoy ya no es realista".

Rushdie se mostró partidario de incluir el rock, la música pop y las películas en sus novelas, ya que forman parte del mundo actual, y añadió que si escribe sobre historia y política es también porque le gusta imaginar a sus personajes en el marco de su época. "Por otra parte", añadió, "pienso que el humor es muy importante en una novela. A mí, particularmente, no me interesan los autores que no utilizan el humor. Lo malo, en mi caso, es que mucha gente ha leído lo de la fatua y piensa: 'Seguro que escribe cosas poco divertidas'. Y no es eso. La fatua, sin duda, no tenía nada de divertido, pero mis libros, sí".

Salman Rushdie, ayer en Barcelona.TEJEDERAS
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