Un centenar de payeses bloquean los accesos a las elaboradoras de cava

Los viticultores reclaman un precio "digno" para la uva

En plena vendimia, un centenar de productores de uva del Penedès impidieron ayer el acceso a las instalaciones de las tres grandes marcas de la industria vitivinícola. En Sant Sadurní d'Anoia (Alt Penedès) bloquearon las entradas de Codorníu y Freixenet, y en el municipio de Pacs, en la misma comarca, hicieron lo mismo en Bodegas Torres. La acción, en la que no se registraron incidentes, fue una nueva medida de presión por el bajo precio de la uva y para reclamar que las empresas elaboradoras la compren a "un precio digno".

La patronal Institut del Cava celebrará hoy una reunión de la q...

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En plena vendimia, un centenar de productores de uva del Penedès impidieron ayer el acceso a las instalaciones de las tres grandes marcas de la industria vitivinícola. En Sant Sadurní d'Anoia (Alt Penedès) bloquearon las entradas de Codorníu y Freixenet, y en el municipio de Pacs, en la misma comarca, hicieron lo mismo en Bodegas Torres. La acción, en la que no se registraron incidentes, fue una nueva medida de presión por el bajo precio de la uva y para reclamar que las empresas elaboradoras la compren a "un precio digno".

La patronal Institut del Cava celebrará hoy una reunión de la que podría salir una propuesta de precio mínimo para el vino. Además del bloqueo, los payeses paralizaron la vendimia durante todo el día. Los productores aseguran que hace tres años que están cobrando por su uva unos precios que no cubren los gastos de producción. Señalan a las tres grandes marcas del sector, a las que tachan de monopolio, como culpables de esta situación.

El 80% de toda la uva que se cosecha en la Denominación de Origen Penedès se destina a la elaboración de cava; Freixenet y Codorníu acaparan el 90% de la producción de este espumoso. A juicio del responsable del sector del vino del sindicato Unió de Pagesos, Joan Santó, los productores han llegado a una "situación límite".

En el verano de 2004, los productores de uva ya se manifestaron en las calles de Vilafranca del Penedès, pero con poco éxito, porque los precios no se movieron. Esta vez, las movilizaciones cuentan con dos novedades: una es que ahora parece haber unidad sindical entre los agricultores, lo que hace mucho tiempo que no se producía y beneficiaba a los intereses de la patronal. La segunda novedad es que la vendimia actual es entre el 40% y el 50% inferior a la del año pasado, por lo que los agricultores lo tendrán mejor para negociar el precio. Hasta ahora, las grandes marcas se excusaban en la ley de la oferta y la demanda para no revisar los precios al alza, en un contexto marcado por los excedentes y la caída del consumo de vino.

Pero una cosa es lo que dicen las grandes elaboradoras y otra lo que piensan los pequeños cavistas, que acostumbran a comprar la uva a un precio más elevado del que pagan las primeras. El cavista Jaume Gramona, gerente de Caves Gramona en Sant Sadurní d'Anoia y presidente de la asociación Marca Penedès, manifestó: "Ya era hora de que los agricultores se movilizaran para exigir lo que les corresponde". De todos modos, Gramona advierte que los payeses deben tomar conciencia de que hay que favorecer la calidad y no la cantidad, dos factores que en este sector no siempre casan bien. A menor cantidad, mayor calidad de la uva y mayor capacidad para reclamar un mejor precio. Y en época de vacas gordas, han sido muchos los que no han seguido esta premisa. Además, para equilibrar la oferta y la demanda "no hay que inventar nada, sólo hay que hacer cumplir la normativa", continúa Gramona, en referencia al papel de las administraciones y de las denominaciones de origen.

La pérdida de poder adquisitivo de los payeses también tiene sus consecuencias sobre la presión urbanística procedente del área metropolitana de Barcelona y que se cierne sobre el Penedès. En los últimos cinco años han llegado grandes promotoras dispuestas a comprar terrenos agrícolas para convertirlos en polígonos industriales o zonas residenciales que los agricultores venden, dadas las pocas expectativas de sus campos de vid.

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