Rajoy arremete contra Zapatero, Schröder y Chirac por modificar el Pacto de Estabilidad

El jefe del Ejecutivo anuncia que el superávit será obligatorio en las épocas de bonanza

El líder del PP, Mariano Rajoy, elevó ayer muchos centímetros el listón de agresividad personal respecto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: llegó a decirle que cuando esté en Europa "recuerde que es español" y que "no ha tenido reparo en apoyar decisiones que perjudican objetivamente a España". Todo a cuenta de la reforma del Pacto de Estabilidad acordada, unánimemente, en la cumbre de Bruselas el 22 y 23 de marzo pasado. En esa línea, atacó duramente a los presidentes de Francia y de Alemania, Jacques Chirac y Gerhard Schröder.

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El líder del PP, Mariano Rajoy, elevó ayer muchos centímetros el listón de agresividad personal respecto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: llegó a decirle que cuando esté en Europa "recuerde que es español" y que "no ha tenido reparo en apoyar decisiones que perjudican objetivamente a España". Todo a cuenta de la reforma del Pacto de Estabilidad acordada, unánimemente, en la cumbre de Bruselas el 22 y 23 de marzo pasado. En esa línea, atacó duramente a los presidentes de Francia y de Alemania, Jacques Chirac y Gerhard Schröder.

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El pleno para que Zapatero informase de la última cumbre europea permitió apreciar una escalada por parte del líder del PP en su política de descalificación personal hacia Zapatero, del que dijo, entre otras cosas, que no entendía para qué asiste a las reuniones del Consejo Europeo, porque "se las toma como si fueran un coctel" y "parece siempre más preocupado por sus fotografías que por los problemas de los españoles". Lo acusó de ser "representante" de Chirac y de usar "excusas de parvulario".

De España saltó a Francia y Alemania y personalizó el ataque en sus presidentes, Chirac y Schröder, de los que dijo que "podrán hacer lo que les dé la gana sin que nadie les tosa" y que "han conseguido confundir las reglas de modo que las sanciones se apliquen o no a los países en función de su influencia".

Ahí enlazó un nuevo ataque a Zapatero ya que, según Rajoy, ha actuado "exclusivamente para defender los intereses" de ambos mandatarios, que "se lo llevan cuando quieren al huerto con dos fotógrafos y tres palmadas".

No se trató de una improvisación, hasta el punto de que Rajoy se frenó y no leyó el sarcasmo dirigido al Gobierno francés que estaba escrito en el texto repartido a los periodistas: "viva la egalité".

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Respecto a las reformas económicas adoptadas por la UE en Lisboa en 2000, Rajoy siguió descalificador. Frente al acuerdo unánime de Bruselas, Rajoy aseguró que los acuerdos "siguen siendo igual de erróneos; eso sí, por unanimidad". Y apostilló que "la unanimidad es la disculpa de los que se lavan las manos, de los que carecen de criterio, de los que no se atreven, de los que disimulan, de los que buscan amparo en los demás".

El líder popular acusó a Zapatero de "dejar sólo a los mejores para apoyar a los más rancios, a los más anquilosados".

Sonó tan duro el discurso de Rajoy que el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, le dijo que había hecho "críticas maleducadas y faltonas" e hizo una defensa de Francia y Alemania, recordando la sustancial aportación de estos países a los fondos europeos, de los que España se beneficia.

También Zapatero, en su réplica, recordó la necesidad de agradecimiento hacia Europa y a algunos países en concreto, y tachó la intervención de Rajoy de "disparate descalificador".

Defensa de la flexibilidad

En su intervención inicial, Zapatero defendió la flexibilidad introducida en la cumbre que permite en determinados casos superar el 3% de déficit sobre el PIB de cada país, y se mostró convencido de que beneficiará el desarrollo europeo. Llegado a ese punto, se lanzó a pronosticar las mejores cifras para la economía española, en crecimiento y en empleo, y aseguró que "España es el único país donde mejoran las expectativas tanto de consumidores como de empresarios".

Tan entusiasta fue el canto a la bondad del futuro económico que el líder de IU, Gaspar Llamazares, dijo que le había recordado el "España va bien" de la etapa de Gobierno de Aznar.

Zapatero anunció una reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que "por primera vez" exigirá que "tanto el Estado como las comunidades autónomas deban lograr superávit públicos en las fases altas de los ciclos" económicos.

Admitió que las previsiones de desarrollo de la cumbre de Lisboa no se han cumplido, achacó al PP el retroceso español en I+D y anunció un impulso inmediato en este campo.

El líder del PP, Mariano Rajoy, se dirige desde la tribuna del Congreso al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sentado en primera fila.ULY MARTÍN

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