El mundo de la caballería protagoniza la primera gran exposición sobre el 'Quijote'

El Quijote, entre otras cosas, es un auténtico y riguroso tratado de caballería, y precisamente ese ángulo es el que descifra la primera gran exposición del IV centenario de su publicación. El palacio del Infantado, en Guadalajara, acoge desde ayer y hasta el 8 de mayo la muestra Don Quijote de la Mancha. La sombra del caballero, que reúne más de 200 piezas, entre cuadros, objetos, libros y tratados, que proceden de 50 colecciones públicas y privadas. Todos explican una forma de vida, tan heroica como miserable, que Cervantes pudo experimentar y que es uno de los ejes de su obra ...

El Quijote, entre otras cosas, es un auténtico y riguroso tratado de caballería, y precisamente ese ángulo es el que descifra la primera gran exposición del IV centenario de su publicación. El palacio del Infantado, en Guadalajara, acoge desde ayer y hasta el 8 de mayo la muestra Don Quijote de la Mancha. La sombra del caballero, que reúne más de 200 piezas, entre cuadros, objetos, libros y tratados, que proceden de 50 colecciones públicas y privadas. Todos explican una forma de vida, tan heroica como miserable, que Cervantes pudo experimentar y que es uno de los ejes de su obra cumbre.

Escudos y lanzas. Espadas de todas las empuñaduras, relucientes y oxidadas, manchadas por el implacable paso del tiempo; armaduras para veteranos con honores y alguna para simples niños con pájaros en la cabeza. Retratos imponentes de señores bien adaptados al medio, que se refugiaron en los salones del poder, y de otros venidos a menos, evocaciones constantes de Don Quijote y Cervantes, ejemplares del Amadis de Gaula o del Orlando furioso, que bien podrían haber disparado la fantasía de Don Alonso y que acabaron en la hoguera. Son algunos de los objetos y las joyas que marcan el carácter de esta primera exposición inaugurada ayer por José Bono, ministro de Defensa, y José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, comunidad volcada en la celebración del Quijote este año.

Cuatro partes dan forma al recorrido que ha diseñado el comisario Víctor Antona. Todas ellas ilustradas por algunos de los más famosos pasajes del Quijote. El primer itinerario habla de El caballero como modelo. "Es la representación de toda una época, de una manera de entender el mundo. Representan el poder por antonomasia. Son militares profesionales con notoriedad social y el apego de estamentos como la aristocracia y la Iglesia, que les elevan a las altas esferas", dice Víctor Antona.

Se muestran elementos de lucha, estribos, espuelas, espadas, retratos de Pedro González de Mendoza o El Duque de Lerma a cargo de Rodrigo de Villandrado o Juan Pantoja. También se dan pistas sobre sus gustos y aficiones, desde los tratados de caza y ballestería que solían leer a juegos de mesa como el ajedrez y las damas, con las que ponían en guardia a la monotonía. Y las armas de fuego, que como las nuevas tecnologías, reconvirtieron la caballería en otra cosa. "Cuando aparecen las armas de fuego, la caballería pierde su razón de ser, algunos se adaptan, otros entran en declive", afirma el comisario de la exposición.

La segunda parte se centra en Cervantes y su vocación de soldado. Es la más espectacular, con una maqueta y un montaje de vídeo sobre la batalla de Lepanto, donde sufrió dos heridas y perdió una mano. "Enfrentó a 200.000 hombres en 600 naves. Al final, según los expertos, la Santa Liga, comandada entre otros por Don Juan de Austria, venció por contar con más artillería en sus naves que la de los turcos", asegura Víctor Antona.

Varios cuadros retratan al Cervantes que fue guía de los románticos y al Quijote que se convirtió en inspiración de los siglos posteriores, episodios que rememoran el cautiverio en Argel, cadenas, celdas, espadas de lazo -"la más característica en El Quijote", según Antona- de cazoleta, aceros roperos, dagas de vela, se exhiben en el recorrido.

El escudero y la dama

Tres apartados menores cierran la muestra. Uno dedicado al escudero, con pasajes de la Ínsula de Barataria, ese territorio mítico que Don Quijote prometió a Sancho si le ayudaba en su empeño de deshacer entuertos y socorrer menesterosos.

Otro, se centra en la dama. No tiene sentido la vida del caballero sin ese ideal. "Como tal es un elemento de ensueño y fantasía, difícil de definir", dice el comisario de la exposición. Se le ilustra con un dormitorio, con una fastuosa cama de roble y castaño, un órgano de nogal y estaño, ya que la música era un elemento inseparable de la imagen de la dama. Finalmente aparece una biblioteca con ejemplares que bien podían guardar los caballeros en las suyas. Desde manuales de la guerra, medicina y teología a historias de la caballería andante.