Poetas catalanes recuerdan a Gil de Biedma en Segovia

Nava de Asunción (Segovia) ha vuelto a recordar al poeta Jaime Gil de Biedma, cuyos restos reposan en el cementerio de esta localidad de 2.700 habitantes, en la que pasó la Guerra Civil y a la que dedicó textos de obras, como Intento formular mi experiencia de la guerra o Ribera de los alisos.

De la mano del alcalde, el socialista Juan José Maroto, el pasado fin de semana, este importante exponente de la llamada generación de los cincuenta recibió el homenaje de sus colegas y admiradores catalanes Joan Margarit, Victor Obiols y Pere Rovira, en representación de la Instituc...

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Nava de Asunción (Segovia) ha vuelto a recordar al poeta Jaime Gil de Biedma, cuyos restos reposan en el cementerio de esta localidad de 2.700 habitantes, en la que pasó la Guerra Civil y a la que dedicó textos de obras, como Intento formular mi experiencia de la guerra o Ribera de los alisos.

De la mano del alcalde, el socialista Juan José Maroto, el pasado fin de semana, este importante exponente de la llamada generación de los cincuenta recibió el homenaje de sus colegas y admiradores catalanes Joan Margarit, Victor Obiols y Pere Rovira, en representación de la Institució de les Lletres Catalanes (ICL), coincidiendo con el aniversario de su muerte, el 8 de enero de 1990, mientras que se inauguró una exposición con recuerdos sobre su paso por tierras castellanas, en los que ha profundizado ahora el biógrafo Miguel Dalmau, que no olvida la imagen de un ánfora con las cenizas del escritor, sobre el panteón familiar, iluminada por algunos rayos del frío sol de enero.

Varios alumnos del instituto Gil de Biedma, de entre 15 y 16 años, han dado su particular visión de este poeta que hablaba de su "alternancia entre Cataluña y Castilla, es decir: entre la ciudad y el campo -o, para ser más exacto, entre la vida burguesa y la vie de chateau-", quien se recuperó en Nava de Asunción de una tuberculosis pulmonar que contrajo en Manila (Filipinas), cuando contaba con 26 años, y donde luego se retiraba a descansar, durante largas temporadas.

Dentro de los actos, un jurado presidido por el arqueólogo y escritor Emilio Rodríguez Almeida, acordó otorgar al poeta cacereño Santos Domínguez Ramos, por su obra Dípticos del infierno, el premio en memoria de Gil de Biedma y Alba, que alcanza su segunda edición, bajo el patrocinio de este municipio y el apoyo de la Generalitat de Cataluña, dotado con 2.500 euros.

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