Agricultura obligará a censar los cultivos con semillas transgénicas

Un tercio del maíz proviene de semillas modificadas genéticamente

Más control para los cultivos transgénicos. El Gobierno catalán publicará antes del mes de marzo un decreto pionero en España para censar la actual proliferación de plantaciones con semillas modificadas genéticamente, básicamente de maíz. El nuevo decreto obligará a informar de la siembra de este tipo de semillas. Además, se establecerán perímetros de seguridad entre los sembrados transgénicos y los convencionales. Un tercio de la producción de maíz en Cataluña procede de semillas modificadas genéticamente.

El maíz transgénico es la única semilla de este tipo autorizada para ser cultiva...

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Más control para los cultivos transgénicos. El Gobierno catalán publicará antes del mes de marzo un decreto pionero en España para censar la actual proliferación de plantaciones con semillas modificadas genéticamente, básicamente de maíz. El nuevo decreto obligará a informar de la siembra de este tipo de semillas. Además, se establecerán perímetros de seguridad entre los sembrados transgénicos y los convencionales. Un tercio de la producción de maíz en Cataluña procede de semillas modificadas genéticamente.

El maíz transgénico es la única semilla de este tipo autorizada para ser cultivada en la Unión Europea. Al ser completamente legal y no tener efectos nocivos demostrados, nada impide que cualquier agricultor pueda sembrarlo en sus cultivos. Sin embargo, existe un conflicto de intereses entre estos agricultores y los que se inclinan por el cultivo tradicional o por el biológico, que no permite el uso de pesticidas ni semillas transgénicas. En los últimos años algunos agricultores han visto como su producción biológica no podía comercializarse porque su maíz se había visto contaminado por el de explotaciones vecinas, de origen transgénico.

Para evitar estas situaciones, el Departamento de Agricultura ultima estos días el contenido de un decreto que, según sus impulsores, no busca tanto limitar el cultivo de transgénicos como proteger la agricultura tradicional. El cultivo de maíz suma 48.000 hectáreas en el conjunto de Cataluña y tiene una producción anual que se acerca a las 700.000 toneladas.

El director general de Producción Agroalimentaria, Salvador Puig, quiso dejar claro en una conversación con este diario que el decreto "no tiene nada que ver con la seguridad alimentaria, sino con la protección de aquellos agricultores que deciden utilizar semillas tradicionales o que optan por la agricultura biológica sin pesticidas".

Entre las medidas de protección que recogerá el decreto se encuentra la del perímetro de seguridad que deberán respetar quienes planten maíz transgénico. Éstos deberán dejar un mínimo de 25 metros entre el límite de su plantación y el de cualquier otro terreno donde se siembre maíz. "Con esta distancia creemos que se puede evitar el riesgo de cruce de especies durante la polinización".

En este punto la Administración y el sindicato Unió de Pagesos mantienen discrepancias, ya que este último considera que el perímetro de seguridad debería tener una anchura de 200 metros.

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El responsable del área de Agricultura Ecológica de Unió de Pagesos, Salomó Torres, considera que la nueva legislación protegerá al sector que él representa, ya que evitará los casos de cultivos de maíz biológico contaminados por semillas transgénicas. Torres afirma que sus reivindicaciones se basan en que "la libertad de quienes cultivan transgénicos acaba donde comienza la libertad de los que no quieren hacerlo".El objetivo de los agricultores que plantan maíz transgénico no es tanto el de cambiar las propiedades del producto como de evitar los efectos de las diferentes plagas que afectan el crecimiento de la planta. El maíz transgénico que se está plantando en la actualidad está preparado para evitar alguna de estas plagas, como la del insecto taladro. Éste agujerea de tal forma el tallo de maíz que una ráfaga de viento puede romperlo por la mitad echando a perder el grano. La agricultura convencional combate este insecto con pesticidas, algo que los agricultores pueden evitar en gran medida utilizando semillas modificadas genéticamente.

Las propiedades de estas semillas hacen que sean especialmente valoradas en las zonas más ventosas, como el valle del Ebro y el Empordà. Esto explica que la mayor parte del maíz transgénico que se cultiva en España se concentre en estas zonas, en Aragón y en el sur de Navarra. Paralelamente al proyecto legislativo del Departamento de Agricultura, el ministerio homónimo está preparando una normativa similar, algo que permitiría saber cuál es la superficie total cultivada en España.

El nuevo decreto debe estar listo para el inicio de la campaña del maíz, cuya siembra comienza en marzo. El año pasado, Agricultura ya envió una carta a los 14.000 productores de maíz recomendándoles tomar precauciones en caso de plantar semillas transgénicas.

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