La selectividad permite acceder a carreras científicas sin formación para ello

Se puede cursar Arquitectura o Física sin haber escogido las materias relacionadas

Tal y como está diseñado el sistema educativo, un estudiante podría matricularse en la carrera de Arquitectura sin haber estudiado al menos dos años de dibujo (es decir, sin haber cursado Dibujo Técnico II), o en la de Física sin que ni en 2º de bachillerato ni en la prueba de la selectividad se haya superado esta materia. También a las ingenierías superiores pueden llegar estudiantes que no tengan una formación científico-tecnológica básica. Esto está sucediendo, sin que se sepa a ciencia exacta en qué medida. Una queja que manifiestan muchos profesores universitarios, que se ven obligados a ...

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Tal y como está diseñado el sistema educativo, un estudiante podría matricularse en la carrera de Arquitectura sin haber estudiado al menos dos años de dibujo (es decir, sin haber cursado Dibujo Técnico II), o en la de Física sin que ni en 2º de bachillerato ni en la prueba de la selectividad se haya superado esta materia. También a las ingenierías superiores pueden llegar estudiantes que no tengan una formación científico-tecnológica básica. Esto está sucediendo, sin que se sepa a ciencia exacta en qué medida. Una queja que manifiestan muchos profesores universitarios, que se ven obligados a poner en sus facultades el famoso curso cero antes de arrancar oficialmente con la titulación, para poner al día a los estudiantes en conocimientos muy básicos, que, supuestamente, ya deberían tener sabidos.

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Hay cuatro tipos de bachillerato, el de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, y el Tecnológico. Cada uno de ellos se divide en dos especialidades, la opción A y la opción B. El bachillerato de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud tiene una opción Científico Técnica y otra llamada Ciencias de la Salud. Si uno se examina por esta última vía, Ciencias de la Salud, podrá acceder a la mayoría de las carreras científicas, cuando lo lógico sería que, para ello, hubiera optado por la opción científico técnica, que proporciona una formación más acorde para esas carreras.

Si un alumno quiere sacar buena nota en la selectividad sin tener mucha idea sobre lo que estudiará, después no le será difícil diseñar un plan de estudios que deje fuera las asignaturas hueso. La selectividad consta de una parte común para todos (tres exámenes) que mide la madurez del alumno, y de otra parte vinculada al bachillerato elegido (otros tres exámenes). Esta última parte obligará a examinarse de dos materias obligatorias y una optativa, todas ellas relacionadas con la modalidad de bachillerato estudiado; la nota de las dos primeras contará un 80% (40% y 40%), y la de la tercera, un 20%.

Si el bachillerato cursado ha sido el de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, bastará con examinarse, en la parte específica, de Biología y Química (obligatorias) y de Ciencias de la Tierra (optativa), y se tienen las puertas abiertas para carreras científico técnicas donde las matemáticas o la física hubieran sido vitales.

Con la inclusión de la Filosofía como asignatura común, en el bachillerato de Ciencias de la Salud, las asignaturas llamadas de letras tienen en realidad un 60% de peso. Las asignaturas científicas, matemáticas, físicas, químicas, dibujo técnico, son las que más se suspenden en la selectividad y, a juzgar por los datos, los alumnos parecen eludirlas para conseguir mejores notas en la selectividad y garantizarse el acceso a la carrera elegida. Pero eso no siempre ocurre, y el estudiante puede acabar en una titulación que esté en el segundo, tercer o cuarto lugar en sus preferencias; esa titulación puede ser Físicas o Matemáticas, dos carreras donde para matricularse en algunas universidades basta con tener un cinco.

También pueden aterrizar en alguna ingeniería. ¿Estarán entonces preparados para ello? Seguramente no, porque entre las materias estudiadas no estaban las necesarias para afrontar los estudios superiores. Las vías por las que un alumno se examina en la selectividad no cierran el acceso a ninguna carrera, aunque las hay que tienen preferencia, claro.

"Todo esto explica las terribles cifras de rendimiento académico que se producen en los primeros cursos de ingenierías y ciencias, donde te encuentras que la mitad de la clase no ha hecho las asignaturas adecuadas", explica Gregorio Martín, catedrático de Ciencias de la Computación en la Universidad de Valencia.

José Antonio Martín Alustiza pertenece a un grupo intercomunitario de expertos en selectividad. Opina que habría que hacer pequeños retoques, partiendo del consenso. "Hay que hacer una vinculación coherente entre las asignaturas estudiadas y las carreras de destino", dice. Y cree que "las tres asignaturas específicas de las que hay que examinarse en selectividad deberían tener la misma valoración".

A su juicio, el fracaso acusado en el primer curso de algunas titulaciones científicas responde más bien al hecho de que el alumno ha acabado en una carrera que no era de su preferencia, no a una actitud kamikaze que lleve al estudiante a matricularse en titulaciones para las que voluntariamente no se ha preparado.

Un grupo de alumnos realiza la prueba de la selectividad en la Universidad de Barcelona el pasado mes de junio.CARMEN SECANELLA

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