Espido Freire rescata 99 cuentos "malvados, viscosos y huidizos"

En el verano de 1997, cuenta Espido Freire (Bilbao, 1974), le pasaron por la cabeza "99 ramalazos breves" que se convirtieron en cuentos "viscosos y huidizos". Los relatos, cargados de humor negro y poesía y de un párrafo de extensión, terminaron en un cajón. Ahora, Punto de Lectura los publica directamente en edición de bolsillo bajo el título de Cuentos malvados. "Leídos actualmente, estos cuentos me suenan como ajenos. En esa etapa no estaba pervertida por la literatura bien hecha. Necesitaba descubrir si podía ser narradora y epatar a los editores", subrayó en la presentación del li...

En el verano de 1997, cuenta Espido Freire (Bilbao, 1974), le pasaron por la cabeza "99 ramalazos breves" que se convirtieron en cuentos "viscosos y huidizos". Los relatos, cargados de humor negro y poesía y de un párrafo de extensión, terminaron en un cajón. Ahora, Punto de Lectura los publica directamente en edición de bolsillo bajo el título de Cuentos malvados. "Leídos actualmente, estos cuentos me suenan como ajenos. En esa etapa no estaba pervertida por la literatura bien hecha. Necesitaba descubrir si podía ser narradora y epatar a los editores", subrayó en la presentación del libro en Madrid la novelista.

"Son cuentos malvados a conciencia, porque mueven un resorte que obliga a plantearse qué es el mal. Quiero que el lector decida qué es cruel y qué no", distinguió. "La muerte ha sido una obsesión constante en mi literatura. Especialmente en esa época en la que murió parte de mi familia y amigos, y vivía en el País Vasco, en un ambiente cargado de una violencia que no palpé hasta que me fui a vivir fuera", explicó. Freire juega con "princesas o ranas que se niegan a cumplir su destino", con "ángeles que pueden ser vampiros" y con "voces que son ese personaje interior que de vez en cuando asalta con una idea".