GUERRA EN IRAK | La participación española

Rajoy anuncia que España se implicará en la seguridad de Irak para evitar saqueos

El Gobierno acepta participar de "manera importante" en la administración multinacional del país

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, sugirió ayer que el contingente español en Irak quizá se ocupe, además de la distribución de ayuda humanitaria, de la "tarea más urgente en este momento", garantizar la seguridad y evitar los saqueos. Rajoy aseguró que España participará en las tres fases de la posguerra: estabilización, reconstrucción e institucionalización. Fuentes oficiales indicaron que España se integrará de "manera importante" en la administración internacional que tutelará al Gobierno interino de Irak, cuyo embrión es la oficina que dirige el general estadounidense ...

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El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, sugirió ayer que el contingente español en Irak quizá se ocupe, además de la distribución de ayuda humanitaria, de la "tarea más urgente en este momento", garantizar la seguridad y evitar los saqueos. Rajoy aseguró que España participará en las tres fases de la posguerra: estabilización, reconstrucción e institucionalización. Fuentes oficiales indicaron que España se integrará de "manera importante" en la administración internacional que tutelará al Gobierno interino de Irak, cuyo embrión es la oficina que dirige el general estadounidense retirado Jay Garner.

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El anuncio de que los militares españoles que llegaron el miércoles al puerto iraquí de Um Qasr quizá se encarguen también de restablecer el orden público en un país sumido en el caos tras la caída del régimen de Sadam Husein supone un notable cambio en su misión, centrada hasta ahora en la ayuda humanitaria. Y también un riesgo añadido.

De los 899 soldados enviados al golfo Pérsico, sólo una pequeña parte -120 infantes de Marina- están capacitados para esa función, aunque se les necesita para proteger a sus compañeros. El contingente español tiene previsto instalar un hospital de campaña a las afueras de Um Qasr, junto a un campo de prisioneros iraquíes, así como un dispensario en la ciudad, lo que requerirá vigilancia armada permanente.

De hecho, el reparto de raciones de comida y agua realizado el jueves por los militares españoles tuvo que suspenderse a la mitad debido al tumulto provocado por la muchedumbre, que pugnaba por hacerse con la ayuda. Para evitar que se repitan incidentes, se contactará con líderes locales y se hará llegar directamente la ayuda a los más necesitados.

El Gobierno está planeando además el envío de un contingente mixto del Ejército de Tierra y la Guardia Civil, con un millar de efectivos, aunque Rajoy subrayó ayer que aún no se ha tomado ninguna decisión al respecto.

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Tres fases

Lo que sí dejó claro es que España participará activamente en las "tres fases" de la posguerra, una vez que concluya el conflicto armado en "10 o 15 días", según sus cálculos. La prioridad es garantizar la seguridad, impedir los saqueos y distribuir la ayuda humanitaria "en un país que en este momento no tiene ni una policía ni nadie que mantenga el orden".

A continuación, se acometerá la creación de un "Gobierno o autoridad provisional formada por iraquíes", al que la administración multinacional irá cediendo progresivamente competencias. Tras un plazo lo más corto posible, según Rajoy, se pasará a la "institucionalización de un régimen democrático", con la celebración de elecciones libres y la redacción de una Constitución.

Fuentes gubernamentales explicaron que España participará "de manera importante" en la administración multinacional que tutelará al Gobierno interino iraquí y se basará en la Oficina de Reconstrucción y Ayuda Humanitaria (ORHA), que dirige en Kuwait el general estadounidense retirado Jay Garner.

Además de EE UU y Reino Unido, Australia e Italia han expresado su propósito de sumarse a esta oficina, que será el poder real en Irak en la inmediata posguerra y manejará un presupuesto mínimo equivalente a 2.500 millones de euros. El representante español será el general Luis Feliú, aunque su puesto aún no está "perfilado".

Rajoy describió de manera genérica el papel de España en el Irak post-Sadam: "Podría participar en la seguridad y el restablecimiento del orden y mandar expertos, especialistas en energía, electricidad o juristas para redactar una Constitución".

También dio por hecho que compañías españolas estarán en las obras de reconstrucción de Irak, aunque aseguró que no le consta que el Gobierno haya mantenido contactos con empresarios españoles con este objetivo. "Una reunión como tal no ha habido", aseguró.

Respecto al protagonismo de la ONU en el proceso, dijo que será "importante", pero no aclaró en que consistirá ni condicionó la participación española en la administración internacional o la fuerza de estabilización a una nueva resolución del Consejo de Seguridad.

Pese a admitir que no disponía de todos los datos, Rajoy expresó su "convicción moral" de que la muerte del cámara de Tele 5 José Couso en Bagdad fue un "error incalificable", porque no puede creer, según dijo, que el Ejército de EE UU atacase deliberadamente a "una persona que no es militar y está allí cumpliendo su trabajo".

Soldados españoles, durante la distribución de agua el jueves en Um Qasr, en el sur de Irak.ANTONIN KRATOCHVIL

Ni una palabra sobre los muertos del Congo

Mariano Rajoy fue preguntado ayer por las medidas que ha adoptado el Gobierno español para atender a las víctimas de la matanza que se produjo la semana pasada en la provincia de Ituri, en la República Democrática de Congo.

El pasado miércoles, en el Senado, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, reprochó al PSOE que le preguntase por las víctimas de la guerra de Irak y no lo hiciese por "los 1.000 muertos que ha habido en el Congo, porque no hay muertos de primera y muertos de segunda y jamás oigo a las señorías de su grupo referirse a esos muertos". Las palabras de Palacio causaron perplejidad. No sólo en la oposición, sino en la tribuna de prensa, consternada por la muerte en menos de 48 horas de dos periodistas españoles, Julio A. Parrado y José Couso.

Ayer, Rajoy no dijo una palabra sobre los muertos del Congo. Pasó por alto la pregunta como si no hubiera existido, pese a la preocupación de su compañera de Gabinete.

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