Miles de ucranios desafían en las calles de Kiev al presidente Leonid Kuchma y piden su procesamiento

Miles de ucranios siguieron ayer a los líderes de la oposición radical y se manifestaron en Kiev contra el presidente Leonid Kuchma. El acto, que se celebró pese a estar prohibido, culminó con la escenificación de un 'proceso popular' simbólico en el que se acusó al jefe del Estado de múltiples cargos, desde corrupción a malversación de fondos, pasando por complicidad en el asesinato del periodista Gueorgui Gongadze y presunta violación del embargo de la ONU a las exportaciones bélicas a Irak.

A esta lista de acusaciones se le añadió ayer otra nueva, cuando la diputada y ex vicejefa del...

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Miles de ucranios siguieron ayer a los líderes de la oposición radical y se manifestaron en Kiev contra el presidente Leonid Kuchma. El acto, que se celebró pese a estar prohibido, culminó con la escenificación de un 'proceso popular' simbólico en el que se acusó al jefe del Estado de múltiples cargos, desde corrupción a malversación de fondos, pasando por complicidad en el asesinato del periodista Gueorgui Gongadze y presunta violación del embargo de la ONU a las exportaciones bélicas a Irak.

A esta lista de acusaciones se le añadió ayer otra nueva, cuando la diputada y ex vicejefa del Gobierno, Iulia Timoshenko, dijo que Ucrania perderá 2.500 millones de euros anuales a resultas de la creación de un consorcio internacional para el transporte de gas ruso a Europa Occidental por la red de transporte ucrania. Rusia y Ucrania acordaron la creación del consorcio el 7 de octubre en Moldavia.

Timoshenko había asegurado la víspera que un convoy militar habría trasladado el jueves un conjunto de radares del modelo Kolchuga desde territorio de Bielorrusia a una guarnición militar en Ucrania. Los ministerios de Defensa de Ucrania y Bielorrusia desmintieron el presunto traslado, cuyo aparente fin habría sido completar el inventario de radares Kolchuga en Ucrania.

Para hoy está prevista la llegada a Kiev de la comisión norteamericana que debe investigar las acusaciones, basadas en las cintas magnetofónicas de un guardaespaldas de Kuchma exiliado en EE UU, según las cuales Ucrania podría haber exportado la sofisticada tecnología del radar Kolchuga a Irak. Las autoridades de Ucrania han prometido ayudar a la comisión, pero se han negado a dar a EE UU la lista que exigía de todos los ciudadanos ucranios que pudieran haber visitado Irak en los últimos años.

La manifestación de ayer, la tercera en su género desde el 16 de septiembre, reunió a unas 15.000 personas (9.000, según la policía y 20.000, según los organizadores) que siguieron a la liberal Iulia Timoshenko, al socialista Alexandr Moroz y al comunista Piotr Simonenko. Pese a la diversidad de ideología política, estas tres figuras se han unido para provocar la caída de Kuchma. En el acto no participó el centrista Víctor Iushenko, el ex jefe del Gobierno, que es considerado como la alternativa moderada a Kuchma.

'En las manifestaciones anteriores invitábamos a Kuchma a retirarse. Hoy queremos juzgarlo', manifestaba Vladímir Trufanov, un ingeniero electrónico llegado de Kirovograd para manifestarse. 'Nuestros vecinos, como Polonia o los países del Báltico, prosperan y nosotros, que hace unos años nos codeábamos con ellos, estamos hoy estancados', señalaba Víctor Mazov, un ingeniero cibernético jubilado. 'Basta de medias tintas. Hay que tomar medidas decididas', exclamaba Tatiana, una maestra.

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Durante los últimos años la posición de Ucrania en Occidente se ha deteriorado a raíz de los escándalos que salpican a Kuchma. EE UU ha suspendido su ayuda internacional a Ucrania y la UE ha dejado de fomentar las esperanzas de integración europea de Kiev, que compensa la frialdad occidental con un estrechamiento de sus vínculos con Rusia.

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