El Gobierno modifica el sistema de precios del teléfono para justificar el alza de tarifas

La cuota de abono, que subirá un 8,14% en 2003, se excluye del cálculo

El Gobierno ha sembrado una total confusión entre los consumidores con las tarifas telefónicas. Tras anunciar que iban a subir,ayer sostuvo lo contrario. Para mantener el mensaje de que se abaratan, modifica el sistema de precios máximos que regula las tarifas de Telefónica como operador dominante hasta 2003. El principal cambio consiste en excluir del cálculo la cuota de abono, que lejos de bajar aumentará un 8,14% en 2003. El Gobierno asegura que ese incremento se compensará con bajadas en los distintos tipos de llamadas, pero no evitará que la factura final suba, previsiblemente, por debajo...

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El Gobierno ha sembrado una total confusión entre los consumidores con las tarifas telefónicas. Tras anunciar que iban a subir,ayer sostuvo lo contrario. Para mantener el mensaje de que se abaratan, modifica el sistema de precios máximos que regula las tarifas de Telefónica como operador dominante hasta 2003. El principal cambio consiste en excluir del cálculo la cuota de abono, que lejos de bajar aumentará un 8,14% en 2003. El Gobierno asegura que ese incremento se compensará con bajadas en los distintos tipos de llamadas, pero no evitará que la factura final suba, previsiblemente, por debajo del 2%.

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Primero fue el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué. Al día siguiente, el de Economía, Rodrigo Rato. Los dos reconocieron que la tarifa telefónica subiría y pusieron como tope el 2% (IPC previsto). Ayer, el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Carlos López Blanco, vino a poner cataplasmas en la herida abierta. Aseguró lo contrario, que el promedio de la factura de teléfono bajará un 2% el año que viene. La contradicción se explica porque se hace una maniobra que, en definitiva, viene a confundir al consumidor porque tergiversa la realidad sobre lo que se pagará. López Blanco no incluye en sus cálculos de tarifa la cuota de abono (lo que se paga por estar conectado a la red), que antes sí se hacía y que, precisamente, aumentará un 8,14%. En el cálculo de los ministros parece que sí se tuvo en cuenta.

Todo este lío se produce por la supresión del sistema de precios máximos, o price cap, que comenzó a aplicarse en agosto de 2000 para impedir que el antiguo monopolio, Telefónica, incrementara las tarifas por encima de un determinado nivel. Este modelo establecía un porcentaje anual de bajada del teléfono, pero en esa caída media se incluía la cuota de abono, que por recomendación de Bruselas debía subir cada año.

La modificación de este sistema, anunciada ayer por López Blanco, entrará en vigor en enero de 2003 como fecha límite, aunque es posible que se introduzca antes. Se trata de la principal medida de un paquete que pondrá en marcha este departamento para fomentar la competencia en el sector, inmerso en una fuerte crisis, y reanimar la demanda. López Blanco aprovechó ayer su primera intervención pública desde que fue nombrado en su cargo para desgranar los planes de Ciencia y Tecnología en materia de telecomunicaciones. El secretario de Estado clausuró el curso La banda ancha, celebrado en la Universidad Menéndez Pelayo.

El cambio permitirá en la práctica que las compañías frenen la tendencia de bajadas de los últimos años (un 35% de promedio y un 50% en algunos casos, según las palabras de Josep Piqué el pasado lunes) sin autorizar subidas porcentuales. Con este sistema, Telefónica podrá, por ejemplo, bajar los precios de las llamadas internacionales y subir las metropolitanas siempre que el resultado final arroje un 2% de bajada. Mientras, la cuota de abono subirá un 8,14% (desde los 11,67 euros actuales hasta 12,62 euros) en 2003. El año pasado subió 1,80 euros y este año, 1,20. Además, el Gobierno pondrá en otras medidas, algunas perjudiciales para Telefónica:

- Límites a la actividad comercial de Telefónica. La primera operadora sólo podrá lanzar planes comerciales cuando 'supongan una innovación' en el servicio.

- Factura única. Los clientes que elijan otro operador para sus llamadas podrán facturar todos los servicios con ese operador y no tener que depender de Telefónica para pagar la cuota.

- Revisión de los compromisos de inversión. Es una de las iniciativas para que el sector pueda afrontar la crisis con mayor holgura.

- Competencia en la administración. Se fomentará para que otros operadores distintos a Telefónica participen más en los organismos públicos.

- Armonización de impuestos locales. Se intentará conseguir una tributación local 'no penalizadora ni discriminatoria'.

Carlos López Blanco (a la derecha) junto a Jesús Banegas, presidente de Aniel, ayer en Santander.EFE

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