El enfrentamiento entre Castro y Fox abre una fuerte crisis política en México

La oposición pide cuentas al presidente sobre el trato al dirigente cubano en Monterrey

La última crisis entre México y Cuba, la más grave en 100 años, acentuó las diferencias entre el Gobierno y el Congreso mexicanos y retrasa la discusión de los cambios estructurales requeridos por la transición. Pese a lamentar que Fidel Castro publicara una conversación privada con Vicente Fox, la oposición asumió como propia y transformó en herramienta política la principal imputación: el presidente y su canciller, Jorge Castañeda, mintieron al negar que, a instancias de EE UU, hubieran solicitado de Castro un acortamiento de su presencia en la cumbre presidencial de Monterrey.

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La última crisis entre México y Cuba, la más grave en 100 años, acentuó las diferencias entre el Gobierno y el Congreso mexicanos y retrasa la discusión de los cambios estructurales requeridos por la transición. Pese a lamentar que Fidel Castro publicara una conversación privada con Vicente Fox, la oposición asumió como propia y transformó en herramienta política la principal imputación: el presidente y su canciller, Jorge Castañeda, mintieron al negar que, a instancias de EE UU, hubieran solicitado de Castro un acortamiento de su presencia en la cumbre presidencial de Monterrey.

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'No puede conducirse a una nación con la mentira', protestó Rosario Robles, presidenta del Partido de la Revolución Democrática, de izquierda. La verdad de fondo es la libertad en Cuba y el voto mexicano a favor de su observancia en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, subrayó Jorge Castañeda, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores, comunista en su juventud, autor después de dos libros críticos de la revolución y ahora en la ojeriza de sus autoridades. 'Tal vez sea personal conmigo y, bueno, pues eso son gajes del oficio. Llevo muchos años, más de 15 años, criticando públicamente las violaciones a los derechos humanos en Cuba, la ausencia de democracia en Cuba'.

Profunda la desconfianza, la normalización bilateral es improbable porque el cruce de reproches entre México y La Habana es ya desembozado: dictador por un lado y traidor por el otro. El Gobierno mexicano se pregunta quién se va a fiar ahora de un gobernante que graba las conversaciones y asesta puñaladas traperas. Entretanto, la oposición y Cuba, que quién lo hará de otro que miente y es vergonzante lacayo de Washington. La relación con la isla es política interna en México y cinco de las 12 sesiones parlamentarias del actual periodo se han dedicado a Cuba. La oposición encontró en la última crisis y en la denuncia del sostenido acercamiento a Washington de Castañeda una baza que está utilizando a un año vista de las elecciones legislativas.

'Ni en materia de política interna ni en el ámbito de política exterior puede hablarse de legitimidad democrática cuando no se habla con la verdad al pueblo', dijo Roberto Madrazo, presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), una formación política que en julio de 2000 perdió la presidencia de la República, retenida durante 71 años. Surgido de la revolución de principios del siglo XX, la política de ese partido hacia la revolución antillana fue la no intervención en sus asuntos. Ernesto Zedillo, presidente entre 1994 y 2000, enfrió las relaciones y se abstuvo en Ginebra, y Fox trató, sin conseguirlo, de enarbolar la causa de los derechos humanos en el mundo sin entrar en colisión frontal con Cuba.

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'Si hubiéramos aceptado el chantaje cubano de cambiar nuestro voto en nuestra decisión en Ginebra bajo esta amenaza, pues tal vez no se hubiera vuelto a hablar del incidente', declaró Castañeda a Televisa. El costo de la crisis con Cuba, añadió, no es nada del otro mundo. Castro argumenta que el presidente Fox prometió, en un reciente viaje, no secundar en Ginebra iniciativas contra la revolución. Uruguay presentó la que insta a su democratización. El gobernante cubano citó al jefe de Gobierno mexicano como una 'persona decente', mentalidad empresarial, y 'dependiente' de Castañeda. 'Es un descaro decir que no hubo presiones de Washington'.

El careo dividió a la sociedad mexicana, de acuerdo con sus convicciones políticas, y la izquierda radical reclama el juicio político de su titular de Exteriores. 'El presidente Fox le habló a su amigo, el presidente, Castro le habló a su grabadora, porque todo esto era un montaje', declaró Castañeda en entrevista con Televisa.

Una conversación entre dos jefes de Estado no es un secreto de confesión, ni una carta amorosa, sino política, reaccionó Castro. '¿A quién le debía lealtad, a la mentira o la verdad? ¿Al presidente Fox que me teje un ardid se cuestiona nuestra verdad? ¿Al presidente Fox o a los 10 millones de cubanos, al presidente Fox o a los 100 millones de mexicanos?'.

A gustos el pronunciamiento de los columnistas; Jorge Fernández afirma en el diario Milenio que al presidente cubano no le molestó que Zedillo no visitara Cuba durante su mandato, ni que recibiera a los representantes del exilio de Miami. 'El peligro para Fidel es que México aceptara a la disidencia interna, socialdemócrata y socialcristiana, reconocida internacionalmente como defensora de los derechos humanos'.

Vicente Fox se reunió a principios de año, en La Habana, con los disidentes, cuatro gatos financiados por la CIA y magnificados por los visitantes y los periodistas extranjeros, según lo que mantiene la posición oficial cubana.

El embajador de Cuba en Uruguay, Joaquín Álvarez, habla con los periodistas en Montevideo.REUTERS

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