Crítica:PISTAS GASTRONÓMICAS

Tapas, vinos y buen ambiente

EN CÓRDOBA no hay un rincón con una ambientación semejante. Decenas de salas decoradas de formas diferentes, con carteles taurinos históricos, patios cordobeses típicos y fotografías de parroquianos ilustres, recuerdan el abolengo de esta bodega fundada en 1908 que comenzó vendiendo vino a granel, pasó a servir tapas y ahora es un buen restaurante. A la entrada dispone de una taberna recomendable. O se toma el aperitivo en este lugar o se solicita en La Sacristía, dos sitios encantadores.

Son imprescindibles el jamón ibérico, los caramelos de morcilla, los molletitos con pringón, el sal...

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EN CÓRDOBA no hay un rincón con una ambientación semejante. Decenas de salas decoradas de formas diferentes, con carteles taurinos históricos, patios cordobeses típicos y fotografías de parroquianos ilustres, recuerdan el abolengo de esta bodega fundada en 1908 que comenzó vendiendo vino a granel, pasó a servir tapas y ahora es un buen restaurante. A la entrada dispone de una taberna recomendable. O se toma el aperitivo en este lugar o se solicita en La Sacristía, dos sitios encantadores.

Son imprescindibles el jamón ibérico, los caramelos de morcilla, los molletitos con pringón, el salmorejo cordobés, la coliflor rebozada y las tostadas de bacalao al aceite de oliva. Sin embargo, no dan la talla las tostadas de queso de cabra y las tulipas de puerros.

Bodegas Campos

Los Lineros, 32. Córdoba. Teléfono: 957 49 76 43. Cierra domingos noche. Precio medio: entre 30 y 36 euros.

En la mesa se aprecian las inquietudes de Javier Campos, que orienta al jefe de cocina, Julián González. Merecen la pena las habitas con huevo y jamón y las alcachofas al moriles. Tiernísima la carrillera de cerdo ibérico con trigueros; vulgares y resecos los rapitos a la plancha; suculentas las manitas de cerdo, y decepcionantes la gallina en pepitoria y la perdiz encebollada, dos aves insípidas y duras.

Se concluye con la copa de frutos rojos con helado y las gachas dulces con helado de canela. Los pestiños, inolvidables.

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