La Bolsa española sufre otro varapalo por la crisis argentina

Las medidas económicas adoptadas en Argentina no han conseguido calmar la Bolsa española, que ayer sumó nuevas pérdidas. El Ibex retrocedió el 2,02% y el índice general, el 1,70%, arrastrados por SCH, BBVA, Repsol y Telefónica, que acumulan unas pérdidas de 20.000 millones de euros en lo que va de año. Economía señaló ayer a estas empresas las pautas para contabilizar las inversiones en Argentina, con un tipo de cambio entre 1,6 y 1,7 pesos por dólar. Las bolsas europeas también sufrieron ayer caídas por temor a que la salida de la crisis puede ser lenta.

Los descensos de las cuatro may...

Las medidas económicas adoptadas en Argentina no han conseguido calmar la Bolsa española, que ayer sumó nuevas pérdidas. El Ibex retrocedió el 2,02% y el índice general, el 1,70%, arrastrados por SCH, BBVA, Repsol y Telefónica, que acumulan unas pérdidas de 20.000 millones de euros en lo que va de año. Economía señaló ayer a estas empresas las pautas para contabilizar las inversiones en Argentina, con un tipo de cambio entre 1,6 y 1,7 pesos por dólar. Las bolsas europeas también sufrieron ayer caídas por temor a que la salida de la crisis puede ser lenta.

Los descensos de las cuatro mayores empresas del mercado, todas ellas con grandes intereses en Argentina, acompañadas ayer por Dragados, volvieron a empujar a los índices españoles a la baja. En dos días, la bolsa ha retrocedido casi el 4%. Por valores, el SCH perdió el 3,62% y el BBVA, el 3,22%, mientras que Repsol YPF bajaba el 1,39% y Telefónica, un 2,83%. Desde que comenzó la crisis, el 28 de diciembre pasado, estas cuatro compañías han perdido conjuntamente casi 20.000 millones de euros (unos 3,3 billones de pesetas) de su valor en bolsa. Telefónica encabeza las pérdidas, con 9.340 millones de euros (1,55 billones de pesetas). De hecho, Standard and Poor's (S&P) rebajó ayer la calificación de la deuda a largo plazo de la operadora de 'A+' a 'A' por ''el elevado riesgo crediticio' en Suramérica, particularmente en Argentina y Brasil, así como su 'agresiva estrategia' de inversión en la tercera generación de móvil en Europa.

Con este nuevo descenso de la Bolsa española, los índices pierden los niveles psicológicos que en estos días parecen marcar la diferencia entre la esperanza y el pesimismo. El Ibex 35 deja atrás los 8.000 puntos y el Índice General de Madrid, los 800.

La apertura de las entidades bancarias tras la liberalización parcial del corralito ha sido la causante del chaparrón vendedor que sufrió ayer el mercado español. Repsol, todavía a la espera de que el Gobierno argentino decida sobre el impuesto especial a los carburantes, ha perdido el 17,52% en este año, mientras que Telefónica baja el 13,04% y ayer registró el cierre más bajo del año después de cotizar a un mínimo de 12,86 euros. Los bancos, que han provisionado al 100% su riesgo en Argentina, registran pérdidas menores, pero importantes. SCH baja el 6,70% y BBVA, el 9,21%.

Los mercados también encuentran serias dudas sobre la recuperación de la economía estadounidense. El índice de enero, que mide expectativas empresariales del sector no manufacturero, descendió 2,1 puntos, hasta 49,4, cuando los analistas esperaban una subida de una décima hasta 51,6 puntos. Al conocerse este dato, el índice Dow Jones cayó un 1% en 15 minutos, para recuperarse después.

La situación en Argentina ha llevado al Ministerio de Economía a aclarar las dudas contables que las empresas con intereses en la zona y sus auditoras le habían planteado, tras la devaluación del peso y el cierre del mercado de divisas durante los últimos días del pasado año. Ayer, el Instituto de Contabilidad y Auditoría (ICAC) hizo pública la recomendación de que el tipo de cambio aplicable a las cuentas de 2001 sea el del cierre del primer día de cotización de la moneda argentina este año, que fue el pasado 11 de enero. El valor osciló entre 1,65 y 1,7 pesos por dólar para comprador y vendedor.

El ICAC recomienda también que se tengan en cuenta las 'normas contables de carácter general' en la valoración de ciertos activos 'en cuanto a su solvencia y recuperabilidad'. Plantea así la necesidad de cierta prudencia -dado que la situación en Argentina es muy complicada-, a la hora de sanear, amortizar o provisionar más rápidamente las cuentas a cobrar, el inmovilizado o el fondo de comercio.