La Guardia Civil impide la matanza de un cerdo en un restaurante para celebrar un festejo gastronómico

El restaurante El Caserón de Araceli, en la localidad del norte de Madrid San Agustín de Guadalix, no pudo celebrar su tradicional matanza del cerdo, preparada para el sábado por la mañana. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se personaron en el establecimiento y prohibieron que mataran al animal, que estaba preparado para el sacrificio.

La Asociación Amnistía Animal-Comunidad de Madrid había denunciado ante el Ayuntamiento de San Agustín de Guadalix el hecho, por tratarse de una práctica prohibida. Según esta organización, el Ayuntamiento n...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El restaurante El Caserón de Araceli, en la localidad del norte de Madrid San Agustín de Guadalix, no pudo celebrar su tradicional matanza del cerdo, preparada para el sábado por la mañana. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se personaron en el establecimiento y prohibieron que mataran al animal, que estaba preparado para el sacrificio.

La Asociación Amnistía Animal-Comunidad de Madrid había denunciado ante el Ayuntamiento de San Agustín de Guadalix el hecho, por tratarse de una práctica prohibida. Según esta organización, el Ayuntamiento no mostró ningún interés por parar el sacrificio, por lo que decidieron ponerlo en conocimiento de la Dirección General de Agricultura.

El propietario del restaurante, Raúl Ronda, comenta que llevan haciendo la matanza desde hace cinco años, 'como otros restaurantes de la zona'. Asegura que el sacrificio se realiza en una nave cerrada, a la que sólo tienen acceso él y otros amigos. Posteriormente, los productos cárnicos se llevan al matadero, donde el veterinario los revisa. 'En ningún momento ofrecemos esos productos a nuestros clientes, son para consumo personal', puntualiza.

Sin embargo, la presidenta de Amnistía Animal, Matilde Cubillo, asegura que el restaurante vendía la fiesta a los clientes como 'matanza del cerdo' y que, posteriormente, ofrecía la degustación de las viandas: 'Pero cuando se ha descubierto que no tenían permiso, han cambiado su versión y dicen que sólo matan el cerdo como espectáculo, pero que los productos proceden de una carnicería'.

Según la normativa de la Comunidad, la venta de los productos resultantes de las matanzas está prohibida y sólo se puede destinar a consumo familiar. Por ello, Ronda mantiene que lo que el restaurante ofrece a su clientes es una gran fiesta, y no el acto de matar al animal. A las doce de la mañana instalan en la calle mesas corridas con chorizos, sangre frita con torreznos y cebolla, entre otros platos. A las dos se abre el comedor, y se degusta una copiosa comida.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En