EE UU y la UE respaldan a Arafat como legítimo representante palestino

Para la Unión Europea (UE), Yasir Arafat continúa siendo el 'representante legítimo' del pueblo palestino y el interlocutor válido en las negociaciones de paz con Israel. La UE respaldó ayer al veterano líder, al igual que EE UU, y volverá a hacerlo hoy en la Cumbre de Laeken, en la que será aprobada una fuerte declaración política de llamamiento a la cordura y al cumplimiento inmediato de una serie de exigencias por ambas partes.

Los Quince acordaron el lunes una declaración común, un poco más atrevida que las habituales, en la que pidieron a Arafat el desmantelamiento de las redes ter...

Para la Unión Europea (UE), Yasir Arafat continúa siendo el 'representante legítimo' del pueblo palestino y el interlocutor válido en las negociaciones de paz con Israel. La UE respaldó ayer al veterano líder, al igual que EE UU, y volverá a hacerlo hoy en la Cumbre de Laeken, en la que será aprobada una fuerte declaración política de llamamiento a la cordura y al cumplimiento inmediato de una serie de exigencias por ambas partes.

Los Quince acordaron el lunes una declaración común, un poco más atrevida que las habituales, en la que pidieron a Arafat el desmantelamiento de las redes terroristas de Hamás y Yihad Islámica y a Israel el fin de la ocupación militar, de las ejecuciones extrajudiciales y de la política de asentamientos de colonos judíos. 'La situación es muy grave, pero la solución no pasa por una ruptura del diálogo', declaró ayer el alto representante de la UE, Javier Solana, en alusión a la decisión del primer ministro israelí, Ariel Sharon, de no considerar más como interlocutores válidos ni a la Autoridad Palestina ni a Arafat. 'La UE continúa considerando a Arafat como representante legítimo del pueblo palestino y seguiremos manteniendo un diálogo franco con él', dijo Solana, que anteanoche regresó de un nuevo viaje de mediación en la zona.

Para el comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, la comunidad internacional debe actuar para resolver la situación y forzar que las dos partes 'se embarquen de una vez por todas en la senda propuesta por el informe Mitchell'. La Comisión aprobó ayer una nueva ayuda de 30 millones de euros al Gobierno palestino para evitar su colapso. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, conversó ayer telefónicamente desde Bruselas con Arafat sobre la crisis en Oriente Próximo. La situación en esa zona, que no apunta hacia el optimismo, según manifestó Aznar, centró la charla con Arafat, después de la decisión israelí de romper sus contactos con la Autoridad Palestina. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, insistió ayer en que 'no hay legitimidad alternativa' a la Autoridad Palestina y apeló a Arafat a que combata 'sin matices' el terrorismo. Por su parte, el subsecretario de Estado de EE UU, William Burns, dijo ayer que Arafat 'es el líder del pueblo palestino'.

A su vez, el Vaticano ve con preocupación creciente la espiral de violencia en Oriente Próximo, que, además de cobrarse un número estremecedor de víctimas, amenaza con borrar del mapa a la pequeña comunidad cristiana, apenas un 3% de la población, forzada al éxodo para sobrevivir. El Papa hizo ayer un enérgico llamamiento en favor de los cristianos de esta zona, 'aplastados', dijo, 'por el peso de dos extremismos, que, independientemente de las razones que les alimentan, están desfigurando el rostro de Tierra Santa'.

Una oferta de mediación que fue explicitada por el ministro de Exteriores del Vaticano, Jean-Louis Tauran, en una entrevista a la emisora católica Telepace, en la que subrayó la disponibilidad de la Santa Sede a una mediación de paz, si ambas partes se lo pidieran. Las posibilidades de que esto suceda son remotas en estos momentos, después del desplante dado por el Vaticano al ministro israelí de Exteriores, Simon Peres, que no fue recibido por el Papa el pasado martes, durante una visita relámpago a Roma. El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, aludió a problemas de agenda para justificar la decisión del Pontífice de no recibir a Peres, quien, según Navarro, solicitó el encuentro sin la anticipación necesaria.