Arafat declara por primera vez el estado de excepción en los territorios autónomos

El líder palestino condena unos atentados que sirven a 'intereses de los extremistas de Israel'

El presidente palestino, Yasir Arafat, decretó ayer al término de una reunión urgente de su Gobierno en Ramala el 'estado de excepción' en todos los territorios autónomos. Es la primera vez desde el establecimiento de la Autoridad Palestina, en 1994, que se decreta oficialmente una situación de emergencia en la zona de Cisjordania y Gaza. El estado de excepción otorga a los cuerpos de seguridad palestina plenos poderes para actuar, incluida la posibilidad de arrestar a los dirigentes políticos que atenten contra un 'interés nacional'; la declaración no define estos términos.

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El presidente palestino, Yasir Arafat, decretó ayer al término de una reunión urgente de su Gobierno en Ramala el 'estado de excepción' en todos los territorios autónomos. Es la primera vez desde el establecimiento de la Autoridad Palestina, en 1994, que se decreta oficialmente una situación de emergencia en la zona de Cisjordania y Gaza. El estado de excepción otorga a los cuerpos de seguridad palestina plenos poderes para actuar, incluida la posibilidad de arrestar a los dirigentes políticos que atenten contra un 'interés nacional'; la declaración no define estos términos.

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La medida está acompañada por una orden a las fuerzas de seguridad de desplegarse por todas las ciudades e impedir las manifestaciones, concentraciones públicas o las reuniones multitudinarias, incluidas las que tengan lugar en locales cerrados, además de desarmar y detener a todas aquellas personas que no tengan permiso.

Las medidas decretadas por Arafat refuerzan la orden de arresto que el propio presidente cursó hace unos días contra los dirigentes y militantes de Yihad Islámica en todos los territorios. Hasta el momento, la policía palestina ha detenido una treintena de fundamentalistas, especialmente en el norte de Cisjordania y en Gaza, vinculados en su mayoría a Yihad Islámica.

La policía palestina practicó otra oleada de detenciones de dirigentes y militantes radicales vinculados al Frente para la Liberación de Palestina, que reivindicó el asesinato del ministro de Turismo israelí, Rehavam Zeevi, el 17 de octubre. El Gobierno de Arafat mantiene detenidos a estos prisioneros a pesar de que el Tribunal Supremo haya fallado en favor de su liberación, alegando que sus arrestos fueron irregulares y que no se basaban en una orden judicial.

En medios políticos palestinos no se descarta la posibilidad de que en los próximos días Arafat ordene la detención de militantes y dirigentes de Hamás, a pesar de que en su propio Gobierno hay ministros vinculados a la organización integrista.

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La declaración del estado de excepción fue acompañada de una enérgica nota de condena de los grupos radicales palestinos, que se niegan desde hace dos meses y medio a acatar la orden de alto el fuego suscrita por Arafat y el primer ministro israelí, Ariel Sharon.

'Aquellos que realizaron estos ataques sirven a los intereses de los extremistas en Israel y quienes cometan este tipo de agresiones contra civiles israelíes quedarán fuera de la ley. El Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina, cuyo principal objetivo es defender los intereses palestinos, exhorta al pueblo a respetar el estado de excepción a fin de impedir que Sharon pueda aplicar su sangriento plan contra nuestro pueblo', asegura el comunicado, que fue reiteradamente leído por los medios de comunicación en los territorios autónomos.

Más de mil muertos

La Intifada se cobró el pasado jueves su víctima número 1.000. Rochad Mohana, un palestino de 45 años, fue tiroteado por un soldado israelí cuando intentaba abandonar una cola de coches en un control militar cerca de Nablús, al norte de Cisjordania.

Los atentados perpetrados en la medianoche del sábado en una céntrica calle peatonal de Jerusalén son el último eslabón de una larga serie que se inició hace algo más de un año, tras la visita de Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas. Este gesto, el 28 de septiembre de 2000, desató una nueva Intifada de los palestinos que se ha visto salpicada por numerosos atentados vinculados a grupos extremistas.

Entre las 1.000 víctimas, el número de israelíes que perdieron la vida en ataques palestinos se eleva a casi 230, con los 10 muertos del sábado en el triple atentado de dos suicidas en Jerusalén y otros 15 ayer domingo en Haifa.

El número de heridos palestinos desde que comenzó el alzamiento oscila entre 8.500 y 10.000, según datos proporcionados por fuentes militares israelíes. Los heridos de Israel fueron, incluidos los de la noche del sábado en Jerusalén, 2.104, de los cuales 1.068 fueron víctimas de ataques dentro de los límites del Estado israelí, y no en los territorios ocupados.

Soldados israelíes recogen los cadáveres de dos militantes de Hamás que atacaron a un grupo de militares cerca de una colonia judía en Gaza.AP

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