Martínez Tessier publica un testimonio sobre la guerra civil

Soldado de poca fortuna (Aguilar) es lo que podría llamarse un libro de familia. En primer lugar porque lo firman un padre y dos hijos -Jesús Martínez Tessier y los hermanos escritores Jorge M. y Javier Reverte- y en segundo lugar porque, a través de las peripecias de un falangista que luchó en la guerra civil y en la División Azul, y de las acotaciones de sus dos hijos de izquierdas, asistimos a una especie de reconciliación familiar propiciada por el paso de los años y con muchas dosis de horror visto siempre con humor. El libro se presentó en Barcelona y contó como padrino con la pre...

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Soldado de poca fortuna (Aguilar) es lo que podría llamarse un libro de familia. En primer lugar porque lo firman un padre y dos hijos -Jesús Martínez Tessier y los hermanos escritores Jorge M. y Javier Reverte- y en segundo lugar porque, a través de las peripecias de un falangista que luchó en la guerra civil y en la División Azul, y de las acotaciones de sus dos hijos de izquierdas, asistimos a una especie de reconciliación familiar propiciada por el paso de los años y con muchas dosis de horror visto siempre con humor. El libro se presentó en Barcelona y contó como padrino con la presencia del escritor Javier Cercas, autor a su vez de otro celebrado libro con soldados, Soldados de Salamina.

Cercas se mostró entusiasmado con el libro, manifestó que 'se lee como un relato de aventuras y como un testimonio impresionante de un falangista que se vio obligado a luchar en el bando republicano en la guerra civil' y preguntó a Jorge y a Javier Reverte cómo habían conseguido que su padre se pusiera a escribir sobre esta dolorosa experiencia.

Jorge M. Reverte explicó que le pidió el testimonio a su padre al final de su vida (Martínez Tessier falleció en 1995) 'porque quería conocer su versión de la guerra, ya que casi siempre se negaba a hablar de aquellos años. Cuando mi padre terminó lo que él llamaba 'encargo cruel' encontré que tenía un buen nivel literario y que valía la pena publicarlo porque era un punto de vista inédito sobre la guerra civil, la experiencia de un soldado escéptico para quien la guerra era un horror'.

Junto con el editor de Aguilar, los hermanos Martínez Reverte decidieron añadir sendos capítulos al libro con la intención de arroparlo literariamente. 'Fue bestial escribirlo, pero al mismo tiempo muy estimulante', explicó Jorge.

Javier Reverte manifestó por su parte que escribir su capítulo le había costado 'más que nada en mi vida', pero que también había sido una especie de terapia, como probablemente lo fue para su padre, que siempre manifestó su aversión a las guerras.

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