SEGURIDAD ALIMENTARIA

Los criadores de ganado vacuno crean un comité de crisis para controlar las medidas del Gobierno

El denominado 'comité de crisis' que han constituido las cinco federaciones y asociaciones de criadores de ganado vacuno pretende 'seguir de forma minuciosa' todas las medidas que impulse el Gobierno vasco' para plantar cara a la enfermedad de las vacas locas. No obstante, aclararon que 'la labor de control y testado que está desarrollando el Departamento de Agricultura a fin de determinar la incidencia de esta enfermedad en las explotaciones ganaderas del País Vasco es destacable', afirmó ayer en San Sebastián Javier Aramendi.

Los criadores de las razas pirenaica, ...

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El denominado 'comité de crisis' que han constituido las cinco federaciones y asociaciones de criadores de ganado vacuno pretende 'seguir de forma minuciosa' todas las medidas que impulse el Gobierno vasco' para plantar cara a la enfermedad de las vacas locas. No obstante, aclararon que 'la labor de control y testado que está desarrollando el Departamento de Agricultura a fin de determinar la incidencia de esta enfermedad en las explotaciones ganaderas del País Vasco es destacable', afirmó ayer en San Sebastián Javier Aramendi.

Los criadores de las razas pirenaica, limousin, blonde, charolesa y betizu-terreña mostraron su preocupación por la 'falsa alarma' que se ha creado con esta enfermedad y la repercusión negativa que está teniendo en su 'labor profesional y de garantía alimentaria'. Aramendi confirmó que el consumo de carne de vacuno ha descendido un 60% en el País Vasco.

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Este colectivo asegura que en 'todas las explotaciones vascas' se cumplen estrictamente las condiciones sanitarias. 'En este momento es cuando más se ha incrementado la seguridad de los certificados veterinarios y la calidad del ganado que producimos en Euskadi', señalaron los ganaderos. En este sentido, explicaron que en los últimos años se han puesto en marcha 'programas de mejora genética y de sanidad' para que la carne tenga unas 'características óptimas'.

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Los productores sostienen que en los certificados veterinarios aparecen 'los medicamentos con los que han sido tratados los animales' y con ello se garantiza que no han sido tratados con sustancias antes de ser sacrificados y que 'no han padecido enfermedades que puedan afectar a los humanos'.

Los representantes de los criadores recomiendan a los consumidores que 'se fijen en la etiqueta donde indica en qué matadero ha sido sacrificado' el animal y que elijan 'siempre' la que procede de mataderos del País Vasco, porque de esta forma 'la carne tendrá una garantía del 100%'.

También resaltaron la calidad de los productos provistos de las etiquetas K de calidad y Euskal Okela (carne vasca), porque han sido sometidos a 'numerosos controles en las explotaciones, en los mataderos, en las salas de despiece y en las carnicerías'. Este distintivo acredita que el ganado 'ha nacido, se ha criado y sacrificado en el País Vasco'.

Por otro lado, los informes ambientales elaborados por los laboratorios públicos Inasmet y Labein son favorables para que las tres plantas cementeras vascas destruyan las harinas cárnicas procedentes de los despojos de alto riesgo de las reses y de las otras partes del ganado vacuno que no se emplean en el consumo humano. Las fábricas han concluido la prueba piloto que iniciaron el pasado 12 de enero bajo la supervisión de estos laboratorios. El Departamento de Medio Ambiente analizará los estudios la próxima semana y previsiblemente confirmará la autorización para que las cementeras empiecen a funcionar a tope.

Hasta el año pasado, estas harinas servían para alimentar a los pollos, cerdos y peces, pero la Unión Europea lo ha prohibido desde el 1 de enero de este año. El Gobierno vasco cerró un acuerdo económico con las dos empresas de harinas animales que funcionan en Euskadi para que siguieran convirtiendo en pienso los despojos y los almacenaran hasta que los informes de impacto ambiental indicaran que se pueden destruir sin peligro en los hornos de las tres cementeras. Los 2.000 grados centígrados que alcanzan sus hornos garantizan la destrucción completa de los priones, los elementos que transmiten el mal de las vacas locas. La previsión es que las tres plantas quemen cada año alrededor de las 17.000 toneladas de piensos animales que produce la comunidad autónoma.

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