El nuevo riesgo de acumular residuos
El máximo experto en vacas locas de Bélgica se sumó ayer a otros especialistas europeos que han advertido sobre los nuevos riesgos que entrañan para la salud las medidas adoptadas por la Unión Europea para hacer frente a la crisis del vacuno: la acumulación de residuos. "La UE ha jugado al fútbol con el pánico bajo la presión de los consumidores", ha señalado Emmanuel Vanopdenbosch, del Centro Veterinario y Agroquímico, al periódico De Standaard...
El máximo experto en vacas locas de Bélgica se sumó ayer a otros especialistas europeos que han advertido sobre los nuevos riesgos que entrañan para la salud las medidas adoptadas por la Unión Europea para hacer frente a la crisis del vacuno: la acumulación de residuos. "La UE ha jugado al fútbol con el pánico bajo la presión de los consumidores", ha señalado Emmanuel Vanopdenbosch, del Centro Veterinario y Agroquímico, al periódico De Standaard."En lugar de controlar los riesgos de la encefalopatía bovina espongiforme (BSE), han creado un fantástico problema de salud pública", dice Vanopdenbosch, consejero del Gobierno belga y de la Comisión Europea. En su opinión, la decisión temporal de la UE de destruir todos los residuos animales con carne y huesos (harinas cárnicas) y acabar con todas las reses mayores de 30 meses puede crear montañas de desperdicios peligrosos, además de ser enormemente caro.
El experto belga calculó que, sólo en su país, la destrucción de las harinas cárnicas puede significar la incineración de un millón de toneladas, con un coste aproximado de 46.000 millones de pesetas. Además, toneladas de carcasas tendrían que ser almacenadas mientras no son destruidas.
"Yo he visto lo que ocurrió en Inglaterra", dijoVanopdenbosch. "Ratas, gatos, perros, ratones caminando alrededor de los alimentos y esparciéndolos por los alrededores. Un gran riesgo porque los gatos y los roedores también son susceptibles de adquirir la enfermedad BSE", dijo.
La pasada semana, un grupo de científicos británicos advirtió a las autoridades comunitarias que con su decisión de eliminar miles de cabezas de ganado han dado luz verde a la creación de montañas de residuos letales. Según indicaron, en cada paso del proceso, los restos infectados pueden filtrarse por los suministros de agua, dispersarse por el aire o ser ingeridos por otros animales, lo que provocaría que la encefalopatía bovina tuviera más oportunidades de llegar a las personas
Las posibilidades de contraer la infección serían, por tanto, mayores que comiendo carne, sostiene Vanopdenbosch. "Incluso comiendo carne de una vaca infectada, el riesgo de caer enfermo es muy pequeño", afirmó. Mucho menor, consideró, que el de contraer una salmonellosis
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