48º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

"Este premio me sirve para divertirme aún más"

Carmen Maura dedicó a Álex de la Iglesia y su equipo la Concha de Plata a la mejor actriz

Carmen Maura llegó ayer a San Sebastián riéndose en un coche descapotable. Había salido de su casa de Madrid a las diez de la mañana, pero tardó más de ocho horas en recorrer los 500 kilómetros que separan las dos ciudades. "He venido con un viejo amigo y hemos hecho el viaje prácticamente paseando. Nos hemos parado a comer, a ver unos jardines, a disfrutar de todo lo que nos hemos encontrado por el camino. A mí, este premio sobre todo me sirve para divertirme más y desde que me llamó Diego Galán el sábado por la noche para anunciármelo no he hecho otra cosa que relajarme y pasármelo estupenda...

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Carmen Maura llegó ayer a San Sebastián riéndose en un coche descapotable. Había salido de su casa de Madrid a las diez de la mañana, pero tardó más de ocho horas en recorrer los 500 kilómetros que separan las dos ciudades. "He venido con un viejo amigo y hemos hecho el viaje prácticamente paseando. Nos hemos parado a comer, a ver unos jardines, a disfrutar de todo lo que nos hemos encontrado por el camino. A mí, este premio sobre todo me sirve para divertirme más y desde que me llamó Diego Galán el sábado por la noche para anunciármelo no he hecho otra cosa que relajarme y pasármelo estupendamente".

Álex de la Iglesia, que viajó en avión desde Madrid, esperaba a su actriz en la puerta del hotel María Cristina. "El premio es sólo de Carmen", dijo a los periodistas. Maura llegó poco antes de las siete de la tarde. Al bajarse del coche, la actriz y el director se abrazaron y besaron. Emocionados brindaron con una copa de Moët Chandón. "A mí me gusta interpretar papeles y desde que he salido de Madrid me he puesto el chip de artista que ha ganado un premio, que es lo que me apetecía y lo que se merecía esta ocasión". La gente empezó a gritarle guapa y Carmen Maura se entregó a la alegría. "A mí los fans nunca me sobran"."He tenido una relación de amor-odio con este festival", explicaba la actriz en su hotel poco antes de maquillarse y vestirse para la breve gala que ayer por la noche cerró esta edición del certamen. "Aquí lo he pasado muy bien, pero también lo he pasado muy mal. Ahora no quiero hablar de los malos momentos que he pasado, porque ahora sólo quiero disfrutar y reírme, cuando hay un motivo para disfrutar hay que aprovecharlo del todo".

Carmen Maura dedicó su premio -entregado por el actor Billy Zane- al equipo de La comunidad, a todos sus actores, y a su director. "Estoy encantada de haberme cruzado en tu camino", le dijo ante la audiencia del Kursaal al director de El día de la bestia. "Después de pasar por tus manos he ganado en cuerpo, en alma y fans".

"A Álex y a mí", continuó la actriz fuera del escenario, "no nos hizo falta ni media hora para saber que todo iba a ser fácil entre nosotros. Ahora sólo quiero que haga su próxima película sin mí, para que me eche mucho de menos. Yo, cuando algo me interesa, soy las más camaléonica del mundo. Y Álex me interesa. Estoy segura de que volverá a llamarme".

"Es una gran mujer, es maravillosa", afirmó a un grupo de perioditas el presidente del jurado, Stephen Frears. "El nivel de las actrices en las películas del festival ha sido muy superior al de actores", añadió el cineasta británico, para quien Carmen Maura es junto a Patricia Reyes Espíndola (de La perdición de los hombres) y María Lundqvist (de Después de la tormenta) la mejor intérprete que ha pasado por el festival. "Los papeles de mujeres han sido, en general, los más interesantes". Frears -que tras leer el palmarés no pudo evitar romper el tono trascendental del encuentro para despedirse con su particular socarronería: "Antes de que algunos de ustedes me tiren piedras me gustaría dar el premio del jurado al mejor restaurante"- aseguró que se iba de San Sebastián con dos certezas: que no quería volver a ser presidente de un jurado -"y eso que todos estábamos más o menos de acuerdo con los premios"- y que tenía que ponerse a dieta unos días. "Creo que no había comido tanto en mi vida. ¿Es siempre así?".

Si Frears no puede evitar poner la ironía al servicio de todo, Arturo Ripstein (la Concha de Oro de este festival) no puede evitar hablar de riesgo, esfuerzo e investigación al hablar de cine. Para el cineasta mexicano, un festival de cine internacional tiene la necesidad de encontrar nuevos caminos para la "narración cinematográfica".

"Ésta es una película difícil, singular y complicada. Un festival no está para premiar el cine que ya tiene un público, sino para encontrar los nuevos caminos del lenguaje cinematográfico, un lenguaje que evoluciona. El tiempo cambia y con él cambia el cine".

La perdición de los hombres (una película que nació de un proyecto de Canal + titulado Del corto al largo en el que varios realizadores consagrados realizaban un filme de corta duración) parte de una popular ranchera para narrar la historia de dos mujeres que son la perdición de un hombre -que además tiene otra perdición, el béisbol-; dos mujeres que se disputan el cadáver del hombre que compartieron en vida. Escrita -como todas las de Ripstein- por su mujer, Paz Alicia Garcíadiego, el filme también logró ayer el premio al mejor guión. "Sin Paz Alicia no tendría voz", señaló el cineasta mexicano que, como en casi toda su filmografía tuvo presente a Buñuel, "él siempre sobrevuela sobre cineastas como yo". "El absurdo", añadió Ripstein, "también se merece su recompensa y esta noche la ha tenido".

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