El supuesto torturador Cavallo se niega a declarar por segunda vez

El argentino Ricardo Miguel Cavallo, arrestado en México a la espera de que España solicite su extradición en un plazo de dos meses, se negó ayer a declarar ante un juez por segundo día consecutivo. Cavallo está incluido en el sumario que el juez español Baltasar Garzón instruye contra militares y policías de la dictadura argentina (1976-1983), a quienes acusa de terrorismo (de Estado), genocidio, torturas y otros delitos de lesa humanidad, y fue detenido por la Interpol cuando intentaba salir de México con destino a Argentina.

El ex militar argentino estaba citado ayer por el juez sépt...

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El argentino Ricardo Miguel Cavallo, arrestado en México a la espera de que España solicite su extradición en un plazo de dos meses, se negó ayer a declarar ante un juez por segundo día consecutivo. Cavallo está incluido en el sumario que el juez español Baltasar Garzón instruye contra militares y policías de la dictadura argentina (1976-1983), a quienes acusa de terrorismo (de Estado), genocidio, torturas y otros delitos de lesa humanidad, y fue detenido por la Interpol cuando intentaba salir de México con destino a Argentina.

Reclamación personal

El ex militar argentino estaba citado ayer por el juez séptimo de distrito de la Ciudad de México, Jesús Luna, para argumentar su defensa. Cavallo, que ayer pasó su primera noche en una cárcel de México, tiene tres días de plazo para presentar un recurso de inconformidad si considera que existe alguna irregularidad en el proceso y 20 días más para aportar sus pruebas, explicó el magistrado.Álvaro Carrillo, el abogado del Cavallo, aseguró ayer que su cliente no es la misma persona buscada por la justicia española. "Nuestra posición es que este señor es Ricardo Miguel Cavallo, una persona distinta a la requerida en España", aseguró Carrillo a la prensa tras comparecer ante el juez séptimo de distrito de la Ciudad de México, Jesús Luna. El abogado afirmó que su cliente no es el ex militar Miguel Ángel Cavallo, nombre con el que el figura en varios de los autos dictados en su contra.

Sin embargo, y aunque en los primeros días tras la detención las autoridades atribuyeron a Cavallo el nombre de Miguel Ángel, las investigaciones posteriores de la Interpol concluyen que su auténtico nombre es Ricardo Miguel, que es el que utilizaba el detenido en México. Miguel Ángel sería, pues, un alias, según la Interpol.

Por su parte, México está "jurídicamente obligado" a extraditar o juzgar al ex militar por las leyes internacionales que ha suscrito este país, especialmente por la Convención Contra la Tortura, según dijo Carlos Castressana, fiscal español miembro de la Unión Progresista de Fiscales, a la revista mexicana Proceso.

Por otra parte, las Madres de la Plaza de Mayo anunciaron ayer su disposición a "reclamar personalmente" ante el Gobierno y la justicia de México para que "no demoren la extradición" del ex integrante de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el principal centro de tortura de Buenos Aires.En tanto, la prensa argentina reprodujo testimonios de víctimas del régimen castrense y reveló detalles de los negocios del ex militar. "Como acusadoras particulares vamos a pedir al juez [Baltasar] Garzón que dé curso inmediato a la solicitud de extradición a España" de Cavallo, indicó Hebé de Bonafini, presidenta de la asociación.

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Las Madres de la Plaza de Mayo forman, junto con otras organizaciones sociales, la acusación en el proceso abierto en Madrid contra los militares y policías argentinos. Bonafini, cuyos dos hijos y una nuera figuran en la extensa lista de desaparecidos durante la dictadura militar, precisó que el abogado Manuel Olle, residente en España, será el encargado de hacer las "presentaciones correspondientes" ante el juzgado de Garzón para "acelerar" la extradición.

Según el periodista argentino Juan Gasparini, quien fue sometido a torturas en la ESMA y que testificó ante el juez Garzón, a Cavallo se le conocía también como Sérpico, por el personaje policial de la homónima película estadounidense que interpretó Al Pacino. "Le habían puesto ese apodo por el pelo largo y por su eficacia para el secuestro y el asesinato", destacó en un relato publicado en el diario Clarín, el de mayor tirada de Argentina, y que tiene como título "Pasaron 23 años y no se me ha olvidado el infierno".

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