La gran fiesta del libro

Ridao defiende en un ensayo a los heterodoxos españoles

Al escritor y diplomático José María Ridao (Madrid, 1961) se le nota que le gustan los heterodoxos españoles. Es más, da la impresión de que no le molesta, incluso le gusta, que lo califiquen de heterodoxo. Ridao acaba de publicar un ensayo en Seix Barral que desde el propio título, Contra la historia, revela el aire iconoclasta que el autor ha pretendido dar al libro. El ensayo se plantea como una desmitificación de todo aquello que rodea conceptos como Estado, nación, raza o lengua, al tiempo que reivindica la normalidad histórica de España desde sus heterodoxos."Resulta curioso", explica Ri...

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Al escritor y diplomático José María Ridao (Madrid, 1961) se le nota que le gustan los heterodoxos españoles. Es más, da la impresión de que no le molesta, incluso le gusta, que lo califiquen de heterodoxo. Ridao acaba de publicar un ensayo en Seix Barral que desde el propio título, Contra la historia, revela el aire iconoclasta que el autor ha pretendido dar al libro. El ensayo se plantea como una desmitificación de todo aquello que rodea conceptos como Estado, nación, raza o lengua, al tiempo que reivindica la normalidad histórica de España desde sus heterodoxos."Resulta curioso", explica Ridao, "que aquella razón política que venció a los prejuicios históricos a la hora de elaborar la Constitución de 1978 no haya defendido, no haya hecho suyos a los heterodoxos". El diplomático -que ha publicado un par de libros de narrativa y colabora con frecuencia en varios medios de comunicación, entre ellos EL PAÍS- considera heterodoxos tanto a intelectuales que han sido silenciados como a emblemas de la cultura oficial como el mismísimo Miguel de Cervantes. "Cabe recordar", añade Ridao, "que muchos han forzado una lectura cristiana de El Quijote".

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Un país normal

Pero en el fondo de todo el ensayo de Ridao aparece la idea de que España ha sido un país siempre ligado a Europa no sólo por sus desastres, catástrofes o guerras, sino también por sus heterodoxos. "Claro que hemos sido el país de la intolerancia y de la Inquisición", señala el diplomático, "pero hemos sido europeos sobre todo por nuestros heterodoxos. Aquí hubo erasmistas y más tarde ilustrados en el siglo XVIII, y liberales en el XIX y reformistas como Manuel Azaña en la centuria que ahora termina".

Bajo la premisa de que la razón política debe prevalecer siempre sobre los determinismos históricos, Ridao muestra su preocupación por que se pongan hoy en cuestión elementos de cohesión social como la educación o la sanidad, "aspectos que generaban conciencia de ciudadanía". Aunque centrado en temas españoles, Contra la historia incluye una óptica europea en capítulos como 'Occidente y las culturas de ultramar' o 'África o el historicidio'. Licenciado en filología árabe, José María Ridao incluye en su ensayo una defensa de las culturas judía y musulmana y su influencia en España.

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