La OMS alerta sobre el peligro de propagación del cólera

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ayer sobre la aparición de casos de cólera en la región de Beira, en la costa central de Mozambique, aunque estimó que, por el momento, no puede hablarse de epidemia. El portavoz de la organización, Gregory Hartle, aseguró que se han detectado entre 15 y 18 casos de esta enfermedad, que se propaga por las aguas fecales. Hartle explicó que, aunque el cólera es una de las enfermedades directamente ligadas a las inundaciones -y que puede degenerar en epidemia-, existe además el riesgo de que males endémicos de la región, como el paludismo, se dispa...

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ayer sobre la aparición de casos de cólera en la región de Beira, en la costa central de Mozambique, aunque estimó que, por el momento, no puede hablarse de epidemia. El portavoz de la organización, Gregory Hartle, aseguró que se han detectado entre 15 y 18 casos de esta enfermedad, que se propaga por las aguas fecales. Hartle explicó que, aunque el cólera es una de las enfermedades directamente ligadas a las inundaciones -y que puede degenerar en epidemia-, existe además el riesgo de que males endémicos de la región, como el paludismo, se disparen a causa del estancamiento de las aguas.La Cruz Roja también advirtió ayer de que el riesgo de contagio de malaria en la zona "se multiplique por dos o por tres".

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La falta de agua potable y el hacinamiento en que viven decenas de miles de personas en verdaderas islas desde hace más de dos semanas, no es la única preocupación de estas organizaciones. Aunque todas las prioridades se dirigen todavía a rescatar a las personas que permanecen atrapadas por el agua, poco a poco la atención comienza a desplazarse a las zonas en las que permanecen quienes han logrado salvarse.

Las precarias condiciones de vida en los campos de desplazados comienzan a preocupar a las organizaciones que trabajan en la zona y que ven cómo pueden convertirse en un foco de contagio. "En estos campos el problema principal es el agua y las condiciones sanitarias", aseguró ayer a EL PAÍS Jacobo Ocharan, coordinador de Emergencias de Intermón.

Campos de refugiados

El campo de desplazados de Maçia, situado en el distrito de Chokwe, acoge ya a 2.000 personas, aunque las autoridades han advertido de que esta cifra se elevará a 10.000 durante esta semana. Sus habitantes se protegen de la lluvia montando improvisadas tiendas de campaña con palos y los plásticos que reparten las ONG y sobreviven gracias a la comida que reparte el Programa Mundial de Alimentos. La cantidad de agua que llega a Maçia, construido sobre una zona elevada que el paso del agua ha respetado, está pensada para abastecer a 1.000 personas al día. Y no sólo son la malaria y el cólera las enfermedades que se pretenden evitar: "Se carece de lo más básico e incluso las mantas resultan imprescindibles para no contraer enfermedades respiratorias", asegura Ocharan. En otras zonas, como la capital Maputo, "donde el número de desplazados es incalculable", según Ocharan, éstos se encuentran refugiados en escuelas o fábricas.

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