Debate sobre cómo repartir los frutos de la bonanza
Hace apenas unos años, la principal preocupación de los gobernantes era reducir el déficit público, controlar la inflación y lograr un alto crecimiento económico. Hoy se mantiene la vigilancia, pero el debate se centra más en cómo repartir los frutos del esfuerzo realizado.Países como EE UU, Francia o Alemania y, salvando las distancias, España, han logrado recaudaciones superiores a lo previsto, y la disyuntiva está entre bajar los impuestos, mejorar las prestaciones sociales y aumentar los servicios públicos o reducir la deuda.
La tendencia es que el sector público pierda terreno en f...
Hace apenas unos años, la principal preocupación de los gobernantes era reducir el déficit público, controlar la inflación y lograr un alto crecimiento económico. Hoy se mantiene la vigilancia, pero el debate se centra más en cómo repartir los frutos del esfuerzo realizado.Países como EE UU, Francia o Alemania y, salvando las distancias, España, han logrado recaudaciones superiores a lo previsto, y la disyuntiva está entre bajar los impuestos, mejorar las prestaciones sociales y aumentar los servicios públicos o reducir la deuda.
La tendencia es que el sector público pierda terreno en favor de la iniciativa privada, lo que deja margen para rebajar los impuestos. Los 11 países que han formado parte del euro han adelgazado sus déficit, con ciertas dosis de contabilidad creativa. Estados Unidos vive una etapa de crecimiento prolongado que ha hecho rebosar sus arcas.
Mientras la Administración Clinton se inclinó por atender algunas demandas sociales (sanidad y pensiones) y eliminar la deuda pública en el 2013, los republicanos querían una rebaja de impuestos.
En Francia se ha sabido estos días que la recaudación ha superado ampliamente lo previsto. La derecha se inclina también por bajar el IRPF, pero la coalición de izquierdas en el poder abordará, primero, una reducción de la tasa que se aplica sobre la vivienda.
En Alemania, el Gobierno rojiverde ha optado por poner en marcha una rebaja del IRPF, que situará el tipo mínimo en el 15% y el máximo, en el 45%. El común denominador en todos estos países es que nadie plantea subir los impuestos, sino más bien bajarlos o, como mucho, mantenerlos.