La casa del escultor Victorio Macho renace como museo de la Real Fundación de Toledo

Los Reyes inauguran la sede y la exposición 'Obras maestras del Museo de Santa Cruz'

Colgada sobre el Tajo, la casa-taller que el escultor Victorio Macho se construyó en el lugar conocido como Roca Tarpeya volvió ayer a abrir sus puertas. Convertido en sede de la Real Fundación de Toledo y en museo, el edificio y su primera exposición, Obras maestras del Museo de Santa Cruz y "El bautismo de Cristo", de El Greco, fueron inaugurados ayer oficialmente por los Reyes. Los Monarcas también presidieron en el teatro de Rojas la entrega de los premios que cada año concede la fundación para reconocer la labor de instituciones y personas por la defensa del patrimonio histórico.

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Colgada sobre el Tajo, la casa-taller que el escultor Victorio Macho se construyó en el lugar conocido como Roca Tarpeya volvió ayer a abrir sus puertas. Convertido en sede de la Real Fundación de Toledo y en museo, el edificio y su primera exposición, Obras maestras del Museo de Santa Cruz y "El bautismo de Cristo", de El Greco, fueron inaugurados ayer oficialmente por los Reyes. Los Monarcas también presidieron en el teatro de Rojas la entrega de los premios que cada año concede la fundación para reconocer la labor de instituciones y personas por la defensa del patrimonio histórico.

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La que fuera casa de Victorio Macho (Palencia, 1887-Toledo, 1966) se construyó entre 1953 y 1954 sobre una roca que lleva el nombre de Tarpeya, porque, según cuentan, tiene la misma forma que la que utilizaban en Roma para tirar al vacío a los traidores del imperio. La Roca Tarpeya de Toledo, situada frente a un enorme cigarral y ayer empapada por el agua que cayó sobre la ciudad, está coronada desde ahora por la Real Fundación de Toledo. Un edificio que recupera la casa y el taller de Macho, quien, debido al gran tamaño de las esculturas que realizó en los años en que se instaló en este lugar y las dificultades para ejecutarlas, se vio obligado a ampliar varias veces la casa construyendo un amplio espacio, conocido como El Tallerón, donde poder esculpir obras de grandes proporciones."Hoy renace la vida en Roca Tarpeya", afirmó Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, presidente de la fundación. "La casa", continuó Marañón, "yacía cerrada y abandonada desde el año 1984, mientras las esculturas y los dibujos de Macho eran robados o se deshacían por la acción inclemente del tiempo. Por eso, la Real Fundación ha realizado algo mucho más trascendente que recuperar un museo o construir unas nuevas instalaciones culturales: ha saldado la deuda moral que se había contraído con el escultor que tan generosamente legó su casa y su obra a los españoles y a esta ciudad de Toledo".

El Museo Victorio Macho, además de reunir un buen número de las obras del artista (de las esculturas La madre, Mi hermano Marcelo o El torso gitano a su interpretación de los rostros de Marañón, Unamuno y Pasionaria), acoge desde ayer la exposición, instalada en el llamado El Tallerón, Obras maestras del Museo de Santa Cruz y "El bautismo de Cristo", de El Greco. Treinta piezas que permanecerán en la sede de la Real Fundación de Toledo, ya que el Museo de Santa Cruz inicia la fase de reformas que tiene que realizar para albergar en el 2000 la exposición conmemorativa del reinado de Carlos I, Carolus. La selección expuesta en el Museo Macho incluye a pintores toledanos de los siglos XVI y XVII. Contemporáneos de El Greco como Pedro Orrente (La adoración de los pastores); su discípulo Luis Tristán, del que se exponen San Bartolomé y La ronda de pan y huevo, y otras obras de Francisco Comontes y Macías de Aguirre, entre otros.

Rodeado por estas obras, y ante don Juan Carlos (que recibió la medalla de oro de la fundación por su colaboración y apoyo) y doña Sofía, Gregorio Marañón recordó cómo la Real Fundación de Toledo ha invertido en los últimos 10 años más de 1.500 millones de pesetas, ha realizado más de 200 proyectos y, sobre todo, ha contribuido "al despertar de una conciencia colectiva". El presidente de la fundación añadió que ésta es un mérito colectivo de sus patronos y directivos.

Premios

Tras la inauguración de la exposición y la sede, los Reyes; el presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, José Bono; el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortes; los miembros del patronato de la fundación, y su presidente, Gregorio Marañón, se dirigieron al teatro de Rojas.

Allí, la Real Fundación entregó, por octavo año consecutivo, los premios que destacan a aquellas instituciones y personas que trabajan por y para la recuperación del patrimonio. Este año han sido la Fundación Juan March, el proyecto Zona Arqueológica de Las Médulas, el restaurador Rafael Alonso, el historiador y arquitecto Jean Passini, la Universidad de Castilla-La Mancha y la parroquia Santiago del Arrabal de Toledo. "La nuestra es una voz necesariamente inconformista", señaló a los galardonados Marañón durante la entrega de estos premios, "si entendemos por inconformismo el espíritu utópico que nos impulsa a mejorar la realidad que conocemos".

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