Se abre en Chile el Museo de la Solidaridad Salvador Allende

El Museo de la Solidaridad Salvador Allende, que reúne una colección de más de 1.500 obras contemporáneas donadas por los propios artistas, la más rica en Chile y una de las más importantes de América del Sur, ha sido inaugurado en su sede definitiva, en Santiago, en una ceremonia a la que asistieron familiares del ex presidente y autoridades. Dos óleos de Joan Miró, obras de Frank Stella, Víctor Vasarely, David Alfaro Siqueiros, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Oswaldo Guayasamín, entre otras pinturas y esculturas, están en el museo, instalado en una casona reacondicionada, en la zona céntri...

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El Museo de la Solidaridad Salvador Allende, que reúne una colección de más de 1.500 obras contemporáneas donadas por los propios artistas, la más rica en Chile y una de las más importantes de América del Sur, ha sido inaugurado en su sede definitiva, en Santiago, en una ceremonia a la que asistieron familiares del ex presidente y autoridades. Dos óleos de Joan Miró, obras de Frank Stella, Víctor Vasarely, David Alfaro Siqueiros, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Oswaldo Guayasamín, entre otras pinturas y esculturas, están en el museo, instalado en una casona reacondicionada, en la zona céntrica de la capital.

Las obras que integran el museo fueron donadas por los artistas de 39 países, algunas en solidaridad con el Gobierno del socialista Salvador Allende y otras, posteriormente, en apoyo a los chilenos que luchaban por recuperar la democracia después del golpe de Estado que derrocó a ese Gobierno en 1973.

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La idea del museo germinó durante el Gobierno de Allende, en 1971, cuando, en una reunión de artistas, intelectuales y científicos, se propuso que creadores de distintas artes hicieran llegar obras a Chile como muestra de simpatía con el Gobierno socialista. Dos veces alcanzaron a ser expuestas en el país algunas de las obras que enviaron, en ese primer momento, 268 artistas.

Iniciativa frustrada

Pero con el golpe militar el proyecto se vio frustrado y las obras fueron enviadas a las bodegas del Museo de Arte Contemporáneo, donde permanecieron arrumbadas hasta el fin de la dictadura, en 1990. Pero la iniciativa no quedó olvidada y, mientras en Chile gobernaba el general Augusto Pinochet, se formaron en más de diez países -entre ellos España- sedes temporales de esta especie de Museo Salvador Allende en el exilio, en las que se realizaron unas ochenta exposiciones. El compromiso de los exiliados chilenos con quienes donaban obras era que serían expuestas en ese país al regresar la democracia. El museo que ahora ha abierto sus puertas en Santiago, en su sede definitiva, recoge tanto las obras que estuvieron itinerantes en la dictadura como las donaciones realizadas durante el Gobierno de Allende.

La hija del ex mandatario, la diputada socialista Isabel Allende, dijo en la ceremonia de inauguración que el gran sueño de su padre, que era acercar el arte al pueblo, se concretaba con este museo.

La casa donde está instalado el museo fue restaurada con la financiación de la Comunidad Autónoma de Madrid, la Generalitat valenciana, la Junta de Andalucía, la Fundación de Arte y Tecnología, Telefónica de España, Endesa España, el Ayuntamiento de Barcelona y la Agencia Española de Cooperación Internacional.

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