Detectada en un hospital británico una bacteria inmune a los antibióticos

Sendas infecciones hospitalarias atribuidas a la bacteria Visa, muy difícil de combatir incluso con la vancomicina, el antibiótico más fuerte con que cuentan los médicos, han sido contraídas este verano por dos pacientes británicos tratados en el Real Hospital de Glasgow (Escocia). La primera enferma, de unos 60 años, falleció en la unidad de cuidados intensivos después de permanecer aislada y en observación durante cuatro semanas. Un anciano de 80 años, que ha sobrevivido, fue recluido en su propio domicilio hasta que los análisis confirmaron que estaba curado. Bacterias resistentes a...

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Sendas infecciones hospitalarias atribuidas a la bacteria Visa, muy difícil de combatir incluso con la vancomicina, el antibiótico más fuerte con que cuentan los médicos, han sido contraídas este verano por dos pacientes británicos tratados en el Real Hospital de Glasgow (Escocia). La primera enferma, de unos 60 años, falleció en la unidad de cuidados intensivos después de permanecer aislada y en observación durante cuatro semanas. Un anciano de 80 años, que ha sobrevivido, fue recluido en su propio domicilio hasta que los análisis confirmaron que estaba curado. Bacterias resistentes a los antibióticos más poderosos fabricados por la industria farmacéutica han aparecido ya en Japón, Estados Unidos y Francia. Su llegada al Reino Unido era cuestión de tiempo, y los científicos temen sobre todo enfrentarse a una superbacteria, denominada MRSA. Ésta no responde a los tratamientos convencionales y ataca sobre todo a las personas con pocas defensas.

Según el rotativo The Guardian, que revelaba ayer lo ocurrido en Glasgow, los dos casos de Visa, un tipo de estreptococo, fueron detectados tras realizarse unos análisis de sangre rutinarios. La sala ocupada por la fallecida fue clausurada y desinfectada. Tanto sus familiares como el resto de los enfermos que coincidieron con ella fueron vigilados para ver si se habían contagiado. El anciano estaba ya en casa con el alta médica, y por eso fue confinado hasta su total curación.

La aparición de la bacteria Visa llega en un momento muy delicado para la sanidad pública británica. Una nueva clase de tuberculosis, resistente incluso a tratamientos combinados de fuertes fármacos, empieza a extenderse entre los mendigos de Londres. La misma variedad ha invadido las cárceles de Rusia. Para el año 2002 se espera que la porten 2 millones de ciudadanos rusos. En Estados Unidos, contener un brote similar muy virulento en Nueva York costó unos 1.500 millones de pesetas a lo largo de los últimos cuatro años. En El Reino Unido, la sanidad pública ha reconocido que las infecciones rebeldes "no pueden descartarse en los hospitales".

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