La polémica 'ecotasa' balear

El Ejecutivo de las islas estudia crear una nueva tasa con fines ecológicos, pese al rechazo del sector turístico

El Gobierno de las islas Baleares, que desde el pasado mes de julio está controlado por una coalición de izquierda nacionalista que preside Francesc Antich, del PSOE, ha provocado en pleno verano un controvertido debate social con su proyecto para el cobro de una posible ecotasa, un impuesto aplicable a los turistas a su llegada a las islas.Cada verano entran en Baleares cerca de 10 millones de turistas. Se calcula que se podrían recaudar 10.000 millones de pesetas al año, imputando entre 1.000 y 1.500 pesetas a cada viajero no residente. El Gobierno autonómico tiene un presupuesto general de ...

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El Gobierno de las islas Baleares, que desde el pasado mes de julio está controlado por una coalición de izquierda nacionalista que preside Francesc Antich, del PSOE, ha provocado en pleno verano un controvertido debate social con su proyecto para el cobro de una posible ecotasa, un impuesto aplicable a los turistas a su llegada a las islas.Cada verano entran en Baleares cerca de 10 millones de turistas. Se calcula que se podrían recaudar 10.000 millones de pesetas al año, imputando entre 1.000 y 1.500 pesetas a cada viajero no residente. El Gobierno autonómico tiene un presupuesto general de 140.000 millones de pesetas.

Este año el sector turístico supondrá un billón de ingresos para Baleares. Los empresarios se oponen a la ecotasa y han sugerido crear una lotería turística como alternativa, aunque la iniciativa ya ha sido rechazada por el Ejecutivo balear. Ayer mismo, Francesc Antich dijo que se necesitan entre 10.000 y 15.000 millones de pesetas para mejorar la oferta, desde las playas a los bosques y las instalaciones turísticas.

Los grandes hoteleros, los operadores internacionales y las compañías aéreas se han opuesto a la imposición de la tasa turística aunque su fin sea reinvertirla en mejorar la oferta, opción que ha sido reclamada por la patronal de hoteleros de Menorca, isla que es reserva de la biosfera y que pretende ofrecer programas de calidad y complementos alternativos medioambientales.

No obstante, la Federación Hotelera de Mallorca ha propuesto varias alternativas a la ecotasa, como la captación de fondos europeos o la creación de una lotería turística como vías para conseguir recursos para el régimen especial balear (REB).

La aplicación de este instrumento recaudatorio cuenta con antecedentes semejantes en otros países de América Latina y del Mediterráneo, tendría un carácter finalista: la rehabilitación de los espacios saturados por la actividad hotelera, la adquisición de áreas naturales, la protección de espacios sin construir y el pago de inversiones en infraestructuras imprescindibles para mantener en actividad el negocio del ocio vacacional.

"Los turistas y no sólo los residentes podrían beneficiarse de las inversiones derivadas de la tasa", señala Antich, quien considera que "el turismo causa un deterioro y unas necesidades de servicios que se deben paliar".

Desde la Secretaría de Estado de Turismo del Gobierno central se ha cuestionado este proyecto balear aún indefinido que "sancionaría y penalizaría a los turistas" y que podría discriminar a Baleares en los mercados internacionales. Un portavoz del PP dijo que la ecotasa "podría ser inconstitucional" y señaló que no era una idea original ya que tenía un antecedente "franquista": un tributo a turistas que se cobraba durante la dictadura.

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se mostró favorable a la ecotasa "si se reinvierte en infraestructuras y en calidad medioambiental". "Me parece que es una idea defendible y democrática, que además servirá para impedir la masificación de Baleares", señaló.

La patronal balear CAEB no se quiere pronunciar abiertamente, aunque es contraria a la tasa, y la sectorial de hotelería de Mallorca rechaza la carga tributaria aunque pondera como positiva su intencionalidad medioambiental. En todo caso, reclama una mejor gestión "de los muchos impuestos que pagamos los hoteleros". Las grandes cadenas turísticas españolas, Barceló, Sol-Melià, Riu, Marsans, Globalia, Soltour, se han manifestado de manera muy dura en contra de la iniciativa. En países centroamericanos donde efectúan grandes inversiones hoteleras, las mismas compañías aceptan tasas semejantes. "Una cosa es España y otra el Tercer Mundo", explicó uno de los grandes empresarios para justificarse. Gabriel Escarrer, de Melia, tilda repetidamente la propuesta de "aberración".

En todo caso, la eventual aplicación de la tasa debería retrasarse a los presupuestos del año 2001, toda vez que los precios de la temporada de verano del 2000 ya han sido publicados y negociados por las multinacionales.

Los grandes operadores alemanes Tui y Neckerman, que manejan más de un millón de visitantes cada uno y que están gestionando ya propiedades hoteleras en las islas, vienen reclamando atención preferencial a las cuestiones medioambientales, mejora de la calidad del producto y la limitación de la oferta. No obstante, cuando sus portavoces locales han sido interrogados sobre el proyecto tributario se han mostrado disconformes.

El alud de opiniones contradictorias se ha desencadenado sin que se haya formulado la definición fiscal y la cobertura legal, el ámbito de aplicación, el método o punto de cobro o la gestión de los recursos generados.

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