Frutas sin sazón y árboles estresados

"El suelo de toda la Comunidad Valenciana está más seco que en los últimos 50 años", asegura sin vacilar Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que equipara la sequía de este año a la que arrasó los cultivos en 1995. A su juicio, si bien es verdad que ahora los ríos "de régimen atlántico" que desembocan en el Mediterráneo, como el Júcar y el Turia, llevan más agua que hace cuatro años (actuando así "de pulmón" para toda la zona central de la Comunidad) las aguas subterráneas están ahora mucho peor que aquel verano. Entonces los grandes ríos estaba...

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"El suelo de toda la Comunidad Valenciana está más seco que en los últimos 50 años", asegura sin vacilar Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que equipara la sequía de este año a la que arrasó los cultivos en 1995. A su juicio, si bien es verdad que ahora los ríos "de régimen atlántico" que desembocan en el Mediterráneo, como el Júcar y el Turia, llevan más agua que hace cuatro años (actuando así "de pulmón" para toda la zona central de la Comunidad) las aguas subterráneas están ahora mucho peor que aquel verano. Entonces los grandes ríos estaban bajo mínimos y hasta las reservas en la cabecera del Tajo eran tan escasas que sólo por la vía excepcional se pudo autorizar un trasvase extra de agua al Segura. Ahora, el bajo nivel de los acuíferos valencianos, que implican la intrusión marina y la salinización de estos reservorios de agua, pueden poner en peligro, a juicio de Aguado, no sólo las cosechas sino también la salud de los propios árboles para campañas venideras. Y la situación será especialmente dura con algunos cultivos. Sobre todo las hortalizas y los frutales, que no tendrán agua suficiente para acabar de madurar la fruta. A los cereales del interior se les da por malogrados -"hay una cantidad importantísima de siniestros"- y se está cosechando pero las espigas "no llegan al medio palmo". Los viñedos de las comarcas interiores tienen que hacer el racimo a lo largo del verano, por lo que la calidad de la uva se verá perjudicada. También la cantidad recogida será más reducida, en un 20%, según Aguado. El olivo es un árbol más adaptado a las sequías pero sin duda habrá una merma en la cosecha. El algarrobo se recoge a finales de julio o principios de agosto por lo que no se notará diferencia pero este estrés veraniego hará que la calidad del arbolado se deteriore. Y la almendra, "si no tiene una suficiente sazón este verano", en la jerga un aporte de agua durante julio y agosto, sufrirá un aumento de grosor de la madera (la cáscara) y una pérdida del grano. Fácilmente se perderá entre el 15% y el 20% de la cosecha. La solución, para la asociación agraria, es invertir más. "La Comunidad debería duplicar las inversiones, que ahora están en 10.000 o 12.000 millones al año, en la modernización de todas las grandes redes de distribución de agua para evitar pérdidas así como mejorar las redes secundarias para permitir el riego localizado", apunta Aguado. Otra medida indispensable es conseguir la total reutilización de las aguas residuales una vez depuradas. Y en cuanto a infraestructuras, además de la construcción de miniembalses, para almacenar aguas en zonas muy concretas, es "totalmente necesaria" la construcción del trasvase del Ebro al norte de Castellón. Una obra que, para AVA, no debería faltar en el Plan Hidrológico Nacional al mismo tiempo que éste debe aumentar los volúmenes de agua que se desembalsan desde el Tajo al Segura.

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